40 millones de hispanos forzaran a EE UU a apoyar la educación bilingüe

, Estados Unidos se ha dotado de leyes restrictivas contra el uso oficial del español, pero ello parece como poner puertas al campo: hay unos 40 millones de hispanos (27 millones legales) en el país, cuyo voto empieza a ser decisivo, y esa realidad pesa cada vez más en la educación y la economía. Expertos reunidos en el seminario Presencia hispana en los Estados Unidos -que ayer inauguró el Príncipe en la Casa de América, y que mañana se clausura- estiman que el fenómeno puede convertir esas leyes en papel mojado."El Congreso, dominado por los republicanos, impide que haya dinero para m...

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, Estados Unidos se ha dotado de leyes restrictivas contra el uso oficial del español, pero ello parece como poner puertas al campo: hay unos 40 millones de hispanos (27 millones legales) en el país, cuyo voto empieza a ser decisivo, y esa realidad pesa cada vez más en la educación y la economía. Expertos reunidos en el seminario Presencia hispana en los Estados Unidos -que ayer inauguró el Príncipe en la Casa de América, y que mañana se clausura- estiman que el fenómeno puede convertir esas leyes en papel mojado."El Congreso, dominado por los republicanos, impide que haya dinero para maestros en español", dice María Torres-Guzmán, directora del Programa Bilingüe del Teacher College de la Universidad de Columbia de Nueva York, "pero los profesores anglos chocan con los hechos: en Los Ángeles hay un 40% de alumnos hispanos, y en otras grandes ciudades un 25%; esa realidad se impondrá, con o sin leyes. Ya hay 200 programas de doble vía, e incluso en mi college se permiten tesis en más lenguas que el inglés. La clase media está comprendiendo la importancia social de lo hispano". "De los 27 millones de hispanos reconocidos", dice el sociólogo Alberto Moncada, "el 68% son mexicanos, el 11% portorriqueños y el 5%, más ricos, cubanos. Por vez primera un buen porcentaje ha votado: por Clinton. Ahora falta saber si Clinton corresponderá con un número significativo de hispanos en sus nombramientos. Lo decisivo, con todo, es la presión de los hispanos a escala local".

El chicano Juan Estevan Arellano, director del Centro Juan de Oñate, de Nuevo México, de bisabuela apache, rechaza el calificativo de inmigrante: "No acepto tampoco lo de hispanic: es el Gobierno quien nos puso así. Nosotros llevamos 400 años allá. Hay que perder el miedo a escribir en nuestra lengua. Las editoriales estadounidenses y españolas deben apoyar lo chicano".

"El símbolo estadounidense", dice, Larry Walsh, productor de televisión de Nuevo México, "es el cow boy, que procede del vaquero y de la tecnología del caballo, traída por los españoles. En lo material, es cada vez más evidente que no hay american way of life si se deja fuera a los hispanos".

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