La mayor presa de España abre por primera vez sus compuertas por exceso de agua

La Serena tiene capacidad para guardar 3.232 hectómetros cúbicos

La presa más grande de España, proyectada por el ingeniero Manuel Barragán, abrió ayer sus compuertas por primera vez desde su inauguración en 1990. Las abundantes lluvias han dado la razón a quienes calcularon que el Zújar, un afluente del Guadiana, daba para la Serena y más, aunque esté en plena Siberia extremeña. Su alto coste -12.000 millones de pesetas- encendió en su momento la protesta de políticos de AP y de algún técnico. Ayer, algunos de ellos asistieron, sin embargo, emocionados a la apertura de las compuertas de la llamada Hucha de Extremadura, que embalsa 130.000 millones de peset...

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La presa más grande de España, proyectada por el ingeniero Manuel Barragán, abrió ayer sus compuertas por primera vez desde su inauguración en 1990. Las abundantes lluvias han dado la razón a quienes calcularon que el Zújar, un afluente del Guadiana, daba para la Serena y más, aunque esté en plena Siberia extremeña. Su alto coste -12.000 millones de pesetas- encendió en su momento la protesta de políticos de AP y de algún técnico. Ayer, algunos de ellos asistieron, sin embargo, emocionados a la apertura de las compuertas de la llamada Hucha de Extremadura, que embalsa 130.000 millones de pesetas en recursos hídricos.

, Ocho gigantescas compuertas de hierro de más de seis metros de altura se accionaron ligeramente para dejar una apertura de 25 milímetros, por la que comenzaron a fluir, a media mañana de ayer, 150 metros cúbicos por segundo de agua desde el embalse de La Serena al del Zúcar. El propio Manuel Barragán, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, Antonio Alcaraz, su antecesor José Luna y el presidente del Senado, Juan Ignacio Barrero, asistieron emocionados al acto público. Cuando se aprobaron los 12.000 millones que costaron las obras y otros tantos para pagar las expropiaciones, el presidente de AP, Manuel Fraga, y el hidrogeólogo, Ramón Llamas, acerbaron sus críticas contra el proyecto, alegando que era un pacto inútil porque nunca se llenaría. "Era un monumento al sol", ha reiterado constantemente Llamas.En lo que va de año, el Zújar junto al Guadiana han registrado avenidas de agua de 4.500 metros cúbicos por segundo, nueve veces el cauce normal del río Ebro. El pasado 20 de enero entraron en este embalse nada menos que 155 hectómetros cúbicos en un solo día, más de una cuarta parte de lo que consume Madrid al año. De no existir La Serena las poblaciones situadas aguas abajo como Mérida o Badajoz, habrían sufrido las consecuencias de fuertes inundaciones. Si los tres meses que aún quedan de lluvias siguen un comportamiento normal, La Serena tendrá que desembalsar cantidades muy superiores a las simbólicas con las que se inauguró ayer. En el resto de los embalses del país hay situaciones similares. Todos están, como media, a casi el 80% de su capacidad.

Con este embalse extremeño, encajado en la cuenca media del Guadiana, la capacidad de almacenar agua de la cuenca pasó de 4.000 a 8.000 hectómetros cúbicos, con lo que se duplicaron los recursos económicos de una región castigada durante los años cincuenta y hasta los setenta por una fortísima emigración de su población a regiones del norte, País Vasco, Cataluña y Madrid.

La construcción de La Serena es una vieja idea de un periodista (Gasset), que dio pie al primer plan de obras hidráulicas en España a principios de siglo, continuado después por Indalecio Prieto, durante la Segunda República. Forma parte de un conjunto de embalses con los que se pretendía revitalizar la economía de Extremadura, mediante un plan de colonización de 150.000 hectáreas de regadío y 30.000 familias, a razón de cinco hectáreas por colono. Pío XII llegó a decir "en verdad no hay quien se sienta lleno de estupor al ver... que las aguas del Guadiana, sabiamente represadas, se distribuyen por los campos y procuran energía y luz para los hombres".

La Serena completa la red de embalses para dotar de agua los regadíos del plan Badajoz, ocupa una superficie de 14.000 hectáreas, recoge la escorrentía de una cuenca de 7.000 kilómetros cuadrados de superficie y tiene capacidad para guardar 3.232 hectómetros cúbicos.

En este momento este embalse hiperanual, en que han coronado por primera vez en su corta historia los 352 metros de cota máxima, almacena 130.000 millones de pesetas, o lo que es lo mismo, agua para atender las necesidades de riego durante dos cosechas y media, de ahí su sobrenombre de la Hucha de Extremadura.

Flanqueado por un paisaje desértico -el suelo apenas tiene unos milímetros de tierra-, el embalse ofrece ahora una estampa idílica y solitaria, con unas laderas tamizadas por una pátina verde fruto de las fuertes lluvias caídas durante el mes de enero. El presidente del Senado por Badajoz, que ahora olvida la oposición que hizo AP contra el proyecto, se sintió impresionado tras recorrer las tripas de la presa, los corredores interiores donde se vigila el comportamiento del hormigón. "Estoy muy satisfecho de asistir a este acto simbólico y al llenado de este embalse que tanto va a servir para regar las tierras de Extremadura", dijo.

La presa de La Serena es la mayor de España y la segunda de Europa tras la de Kremasta en Grecia. Pasará a un tercer lugar cuando los portugueses culminen la construcción de la presa de Alkeva, en el mismo Guadiana, que almacenará 4.150 hectómetros cúbicos.

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