Crítica:CINE

Una propuesta modestita

Está bien que cuando alguien debuta en la realización lo haga con modestia de medios, intentando convertir su primer filme en la tarjeta de presentación de sus habilidades, en mostrar eso que deberían saber todos los cineastas: mover la cámara, componer un encuadre del que resulte una apuesta visual coherente, dirigir unos actores y, si uno se empeña en ello, orquestar un guión propio creíble. Pedir más ya está en función de los riesgos que el/la interesado/a asuma y proponga, y, en fin, a veces, la modestia es buena consejera.Este filme de actores desmelenados, historia inverosímil, estética ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Está bien que cuando alguien debuta en la realización lo haga con modestia de medios, intentando convertir su primer filme en la tarjeta de presentación de sus habilidades, en mostrar eso que deberían saber todos los cineastas: mover la cámara, componer un encuadre del que resulte una apuesta visual coherente, dirigir unos actores y, si uno se empeña en ello, orquestar un guión propio creíble. Pedir más ya está en función de los riesgos que el/la interesado/a asuma y proponga, y, en fin, a veces, la modestia es buena consejera.Este filme de actores desmelenados, historia inverosímil, estética de cómic modernete y referente de una cierta movida madrileña actualizada, en las fronteras de otro filme reciente, Más que amor, frenesí, al que evoca no tanto en sus logros visuales o en la dirección de actores, cuanto en un cierto desparpajo para hablar de temas que nunca se le han dado muy bien al cine hispano, se plantea desde la modestia, y es éste su único logro reseñable.

Perdona, bonita, pero Lucas me quería a mí

Dirección y guión: Félix Sabroso y Dunia Ayaso. Fotografía: Arnaldo Catinari. Música: Miguel Villalta.Producción: España, 1996. Intérpretes: Jordi Mollá, Pepón Nieto, Roberto Correcher y Esperanza Roy. Estreno en Madrid: cines Vaguada, Plaza Aluche, Albufera Multicines, Conde Duque (Santa Engracla), Rex, Minicines, Dúplex, Ideal Multicines.

Perdona, bonita... muestra las andanzas de un particular grupo humano compuesto por tres gay que comparten piso, su asistenta, un bello inquilino misterioso y sangrientamente asesinado, un par de mujeres policías que están de los nervios y una pareja heterosexual. Alrededor del cadáver se tejerá una trama en la cual cada uno contará una versión de los hechos, embelleciéndola en función a sus propias debilidades. Y una resolución que es lo más inteligente de la función.

Distinto registro

Todo esto lo muestran Sabroso y Ayaso a partir de unos diálogos en ocasiones graciosos, unos trabajos actorales que profundizan en uno de los grandes vicios contemporáneos del cine español, la inconsistencia de la tarea del director para hacer que todos sus actores se muevan en parecido registro; una puesta en escena que confunde atrevimiento con gratuidad y un tratamiento de la homosexualidad que a quien esto firma se le ocurre deudora de los peores lugares comunes conocidos sobre los gay: que son horteras, desmadrados, envidiosos, exagerados hasta la caricatura y qué bien que nos podamos reír no con ellos, sino de ellos.

¿Es esto una película moderna? Pues será, aunque lo único de lo que parece capaz es de conectar con un sector de público no muy exigente a la hora de preguntarse por el tipo, de comicidad que le hace reír. Y de demostrar que donde hay oficio ni siquiera la impericia de un director (o de dos, como es el caso) es capaz de destruir un trabajo bien hecho: la actuación de Esperanza Roy, tan excelente actriz como siempre.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En