Jessica Lange lleva 'Un tranvía llamado deseo' al teatro londinense que conduce sir Peter Hall

Es la tercera vez que la actriz interpreta a la Blanche Dubois de Tennessee Williams

"Blanche Dubois debe ganarse la comprensión y compasión del público, porque la suya es una tragedia cuyo objetivo es producir una catarsis, una liberación del dolor y el terror. El público debe sentir pena por Blanche", escribió Tennessee Williams en 1947. El dramaturgo norteamericano dirigió estas explicaciones a Elia Kazan antes del estreno en Nueva York de Un tranvía llamado deseo, con Jessica Tandy y Marlon Brando. Ahora es otra Jessica, Lange, quien crea el célebre personaje, que en cine interpretó Vivien Leigh, en el Londres donde nació esta última, sobre la escena del Roval Haymarket y ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

"Blanche Dubois debe ganarse la comprensión y compasión del público, porque la suya es una tragedia cuyo objetivo es producir una catarsis, una liberación del dolor y el terror. El público debe sentir pena por Blanche", escribió Tennessee Williams en 1947. El dramaturgo norteamericano dirigió estas explicaciones a Elia Kazan antes del estreno en Nueva York de Un tranvía llamado deseo, con Jessica Tandy y Marlon Brando. Ahora es otra Jessica, Lange, quien crea el célebre personaje, que en cine interpretó Vivien Leigh, en el Londres donde nació esta última, sobre la escena del Roval Haymarket y bajo la dirección de sir Peter Hall, uno los grandes del teatro británico.

Más información

Cincuenta años más tarde del estreno de este famoso drama sureño americano, Jessica Lange sigue las directrices del autor al pie de la letra. Su interpretación de Blanche Dubois, mujer vulnerable y que vive sumergida en sus fantasías, provoca incluso lágrimas entre la audiencia actual. En vísperas del estreno londinense, previsto, para el día 30 en el teatro Royal Haymarket, el espíritu de Blanche Dubois invade el corazón de la actriz.Jessica Lange se muestra nerviosa al dar sus primeros pasos por la tarima de un escenario londinense, pero tampoco su Blanche pisa un terreno seguro cuando llega por primera vez a la casa de Nueva Orleans donde vive su hermana Stella (Imogen Stubbs) y su cuñado Stanley Kowalski (Toby Stephens). Pero recupera la serenidad en pocos segundos y proyecta con fuerza las ilusiones y depresiones del personaje de una ficción trágica que interpreta por tercera vez.

Alterna los tonos de la voz, para así contrarrestar los sueños de grandeza de Blanche con la cruda realidad que Stanley deshoja sin miramientos ante sus ojos. Y consigue ante todo iluminar el texto de un dramaturgo que, en una ocasión, dijo: "Sentí una frustrante falta de vitalidad en las palabras. Necesitaba para expresarme un medio plástico y comencé a imaginar las cosas visualmente, en sonido, color y movimiento".

Sir Peter Hall, ex director del Teatro Nacional Británico, da contenido a la frustración del dramaturgo sureño con una puesta en escena sencilla pero cargada con el aroma de Nueva Orleans de los años cuarenta. Recupera cada detalle del texto y, al igual que Tennessee Williams, estructura Un tranvía llamado deseo en 11 pequeños actos. Luces de neón, clima sofocante, camisetas sudadas, el irritante sonido del ferrocarril, contribuyen a realzar una obra que no perece con el tiempo.

La prensa londinense, por otra parte, recupera de sus archivos las destructivas críticas que Jessica Lange recibió en su debú de Broadway, en el año 1992. La obra fue un triunfo comercial y un éxito personal de Alec Baldwin, quien ganó una nominación al Premio Tony por su interpretación de Stanley. "No era la combinación adecuada y me hubiera dado cuenta del error de haber tenido más experiencia en la escena. Blanche es un personaje que me apasiona y creí que podía aportar algo nuevo al interpretarlo con sólo esa pasión", comentó la actriz.

A los 46 años, y con dos oscars en su currículo, Jessica Lange recuerda todavía sus años de colegiala, cuando El zoo de cristal le sirvió como referencia para presentar un discurso ante la profesora de literatura inglesa. "Descubrí entonces a Tennessee Williams", dijo recientemente, "y a partir de ese momento devoré todas sus obras".

Locura y realidad

Para muchos espectadores, los nombres de Blanche y Stanley se identifican inevitablemente con Vivien Leigh y Marlon Brando, protagonistas en 1951 de la versión cinematográfica. La nueva pareja Lange-Stephens no alcanza el nivel de violencia y agresión de ambas leyendas del celuloide, pero juntos recrean el espíritu de vulnerabilidad y machismo, locura y realidad que se desprende de la obra. La estrella de Minnesota participó también en una producción de Un tranvía llamado deseo filmada para una cadena de televisión americana, antes de aceptar la propuesta de Peter Hall de interpretarla en Londres. "Nunca me canso de redescubrir a Blanché. Es un personaje inagotable. Sabía que con un director y reparto diferentes tomaría una vía separada y distinta de las que ya he hecho", dijo.Lange se ha comprometido con la audiencia londinense hasta marzo. Durante estos tres meses estará alejada del cine, donde ha dejado huellas. Las mujeres fuertes constituyen la seña de identidad de una actriz que se ganó al público y a la crítica con El cartero siempre llama dos veces, Frances, Tootsie, Sweet dreams, La caja de música y ganó un Oscar recientemente con Blue sky, del fallecido Tony Richardson. Entre las películas pendientes de estreno, se encuentran Cousin bette, que Jessica Lange rodó en Francia este año; Kilronan, de Jonathan Darby, y A thousand acres, donde comparte estrellato con Michelle Pfeiffer y Jennifer Jason Leigh.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En