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Alcorcón ya tiene una guía de sus árboles. Los 35 ancianos del curso de naturaleza del club de la tercera edad del parque Ondarreta de Alcorcón (142.000 habitantes) han elaborado, junto a un biólogo medioambiental y una dibujante, la primera guía arbórea del municipio. El curso, que duró dos meses, es una de las actividades del taller de naturaleza en el que actualmente los jubilados estudian las setas.La idea de la guía de los árboles surgió del monitor del curso y biólogo, Enrique Fernández Villamor, y el responsable de mayores de la Concejalía de Bienestar Social, Miguel Gorgés.

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Alcorcón ya tiene una guía de sus árboles. Los 35 ancianos del curso de naturaleza del club de la tercera edad del parque Ondarreta de Alcorcón (142.000 habitantes) han elaborado, junto a un biólogo medioambiental y una dibujante, la primera guía arbórea del municipio. El curso, que duró dos meses, es una de las actividades del taller de naturaleza en el que actualmente los jubilados estudian las setas.La idea de la guía de los árboles surgió del monitor del curso y biólogo, Enrique Fernández Villamor, y el responsable de mayores de la Concejalía de Bienestar Social, Miguel Gorgés.

Distribuidos por parejas, los mayores recorrieron todas las calles del municipio para hacer el trabajó de campo. Tenían que recoger una hoja de cada árbol y escribir en un cuaderno su localización exacta y dibujar su forma.

Una vez en el club, Enrique Fernández se encargaba de explicarles qué especie era y qué propiedades tenía. "Lo que más tiempo nos llevó fueron las calles largas por la cantidad de ejemplares que tenían", comentó Antonia Barrantes, participante en la guía.

La recolección de hojas y la ubicación de los árboles duró los dos meses del curso. Se han superado las previsiones de que Alcorcón tenía sólo 20 especies, ya que al final se han logrado catalogar. 42. Las edades de los ancianos, que oscilan entre los 68 y los 82 años, no les ha impedido llevarse alguna reprimenda por sus actos. "Más de una vez nos han chillado vecinas desde las ventanas y nos decían que íbamos a estropear los árboles. Pero, por lo demás, esto nos ha permitido reconocer todos los árboles del municipio", explica Sofía Estévez, de 72 años, una de las integrantes del curso.

Su enorme tiempo libre les ha permitido dedicarse de lleno al trabajo encomendado. Para identificar a las parejas se les puso un nombre de árbol, como no podía ser menos: del paraíso, del amor, la higuera, los madroños...

"Son muy cariñosos y muy agradecidos. Dan mucho más de lo que tú ofreces. Han demostrado mucho afán por conocer y no han parado de aprender", señaló. Fernández Villamor, de 30 años.

Su trabajo ha dado como fruto el borrador de un libro de unas 200 páginas que todavía no, se ha editado.

El imprimir la guía de árboles del municipio depende ahora de los presupuestos municipales y de que se pongan de acuerdo tres concejalías del Ayuntamiento (la de Bienestar Social, la de Educación y la de Medio Ambiente).

Quizá para el año próximo los escolares de la localidad puedan hacer una de las ocho rutas que incluye el libro, acompañados por uno d e sus autores.

Uno de los motivos fundamentales del libro -unir a la juventud y los mayores-, se cumpliría entonces.