Crítica:

Dee Dee Bridgewater presenta sú homenaje a Duke Ellington

Wynton Marsalis participa en un disco que recupera al gran músico de jazz

Dee Dee Bridgewater acaba de presentar en París el álbum Prelude to a kiss, una selección de piezas de Duke Ellington para la que se contaba, en un principio, con la colaboración de Ella Fitzgerald. El proyecto surge de la voluntad del productor Robert Sadin, que considera a Ellington como "el alquimista tonal de la orquesta de jazz". Seis de los doce temas son cantados y el resto estrictamente instrumentales. Trompetistas como Wynton Marsalis, saxos altos como Bobby Watson y Charles McPherson, pianistas como Cyrus Chestnut o bajos como Ira Coleman tocan temas de Ellington que han sido orquest...

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Dee Dee Bridgewater acaba de presentar en París el álbum Prelude to a kiss, una selección de piezas de Duke Ellington para la que se contaba, en un principio, con la colaboración de Ella Fitzgerald. El proyecto surge de la voluntad del productor Robert Sadin, que considera a Ellington como "el alquimista tonal de la orquesta de jazz". Seis de los doce temas son cantados y el resto estrictamente instrumentales. Trompetistas como Wynton Marsalis, saxos altos como Bobby Watson y Charles McPherson, pianistas como Cyrus Chestnut o bajos como Ira Coleman tocan temas de Ellington que han sido orquestados de nuevo, en su mayoría por Sadin.

El punto de partida, explica la cantante, "era rendir homenaje a Duke. Me dieron toda la libertad para que eligiese qué canciones quería interpretar y eso ha hecho que optase por títulos que nunca había cantado, pero que me gustaban mucho. Obviamente, también se trataba de evitar las canciones demasiado conocidas, de las que ya existen muchas versiones".Para Robert Sadin, buscar los temas adecuados ha supuesto arriesgarse 11 a dibujar, con sólo 12 trazos, el retrato de aquel que compuso más de 6.000 canciones y las hizo pensando en personas concretas, como lo prueba que en las partituras en vez de encontrar indicaciones del tipo 'saxo alto' o 'trompeta', encontremos los nombres de los músicos".

El de Dee Dee Bridgewater no figuraba entre ellos porque la cantante era demasiado joven entonces. "La verdad es que, cuando aún era una niña, participé con mi madre en algunas grabaciones de Ella Fitzgerald". Quizás eso explique que Dee Dee Bridgewater haya sabido retomar las maneras de la gran cantante y ofrezca en Bli-Blip su versión de esta herencia. "Es un tema maravilloso que cuenta la historia de una chica que intenta encontrar un hombre".

Seis temas cantados

"Hemos utilizado tambores africanos o de América del Sur para presentar su música dentro de un marco más amplio", dice Sadin, "pero que correponde a esa idea de Duke durante los años veinte, cuando quería definir lo que hacía como 'música negra' en vez de hablar de Jazz'. Pero la instrumentación tiene también un carácter sinfónico en Solitude o retorna influencias del norte de Africa en Caravan, porque el propio Duke hablaba de caravanas de camellos al respecto".Para Dee Dee Bridgewater, cantar Mood Indigo supone retomar una de las baladas que aseguraron en 1984 el gran éxito en París del musical Sophisticated ladies, mientras que cuando interpreta Come sunday intenta "que la gente se acuerde de la versión de Mahalia Jackson, aunque al mismo tiempo quiero que se aperciba de que mi manera de cantar es más jazzy y menos gospel". Para Bridgewater Francia y París son una segunda patria: "Cuando llegué a París llevaba 10 años sin cantar en público, había parado en 1974. Aquí he encontrado la posibilidad de dar conciertos, de no estar obligada a las giras agotadoras, de club en club. Es un lujo".

"La grabación no tuvo nada que ver con un concierto, con los conciertos que espero harernos", añade la intérprete. "Por problemas de tiempo yo tuve que cantar mis temas sólo con la sección rítmica. Para mí fue como trabajar en estudio, resultó muy confortable. El resto de la orquesta intervino luego".

Con el pelo muy corto, teñido de rubio, Bridgewater, la primera cantante negra en el papel de Sally Bowles en Cabaret, se crece a la sombra de los grandes nombres que evoca, desde la protectora de Duke Ellington a la de los tres modelos femeninos de su voz: Ella Fitzgerald, Billy Holiday y Mahalia Jackson.

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