Crítica:

El pop salvó la segunda jornada del Festival de Benicàssim

Fue como tomarse un buen cocktail después de castigar el estómago con alcohol de garrafa. El amargo sabor de boca que los Stone Roses dejaron durante la primera noche del Festival Internacional de Música Independiente de Benicàssim (FIB) se disipó, casi, cuando empezaron a sonar los primeros acordes de la segunda jornada. Y todo gracias a la magia del pop. Sencillez, frescura e inmediatez.The Jesus & Mary Chain repitieron casi al milímetro el repertorio que un día antes habían interpretado en el concierto sorpresa que ofrecieron en sustitución de Heavenly. Aunque, esta vez, ante más de ...

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Fue como tomarse un buen cocktail después de castigar el estómago con alcohol de garrafa. El amargo sabor de boca que los Stone Roses dejaron durante la primera noche del Festival Internacional de Música Independiente de Benicàssim (FIB) se disipó, casi, cuando empezaron a sonar los primeros acordes de la segunda jornada. Y todo gracias a la magia del pop. Sencillez, frescura e inmediatez.The Jesus & Mary Chain repitieron casi al milímetro el repertorio que un día antes habían interpretado en el concierto sorpresa que ofrecieron en sustitución de Heavenly. Aunque, esta vez, ante más de 10.000 espectadores y con un brillante montaje escénico en vuelto en humo y luces. Ni rastro del caótico espectáculo que los escoceses brindaron en el pasado Festimad. Los hermanos Reid han vuelto a recobrar el pulso sobre el escenario y a pintar, en tonos oscuros, uno de esos decorados que se graban en la memoria de sus seguidores.

Drugstore, Lush y Menswear ofrecieron, previamente, los deliciosos entrantes de tan apetecible menú. Los primeros, con la brasileña Isabel Monteiro al frente, estrenaron parte de las piezas de su próximo elepé. Adictivo y tremendista power pop con alusiones directas a Radiohead incluidas. Lo de los británicos Lush es más inmediato y juvenil. Un refrescante batido que tiene en Lady killers, Single girl o la más añeja For love sus mejores ingredientes. Menswear, en cambio, aunque entretienen con ese prescindible reciclaje de Small Faces y Smiths, sorprenden más bien poco.

También el francés Dominique A (una curiosa mezcla entre Jacques Brel y Violent Femines que, incluso, se atreve a recuperar el teenage kicks de los Undertones en clave acústica) y fue despedido con entusiastas ovaciones tras la correcta sesión de psicodelia revivalista de Strange. Fruit. La representación nacional supo estar a la altura del escaparate foráneo.Manta Ray, Mercromina, Australian Blonde o Automatics despejaron razonables dudas sobre la actual salud del pop independiente español: sus directos, al menos, están a la altura de los de muchas bandas extranjeras de similar nivel. Y no todos, claro, recurren a los tópicos habituales de la escena alternativa. Los dos primeros se nutren de los sonidos más áridos y tormentosos del pop. Los Automatics, por su parte, siguen sin saldar su deuda con The Jesus & Mary Chain. Aún así, consiguen que sus melodías hagan olvidar en parte esa preocupante falta de personalidad. Australian Blonde, con toda seguridad, alcanzarán la mayoría de edad con su tercer álbum.

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