Hussein y Asad intentan poner fin a sus diferencias para impulsar el proceso de paz arabe-israelí

El rey Hussein de Jordania y el presidente sirio, Hafez el Asad, mantuvieron ayer en Damasco una larga entrevista con la intención de acabar las diferencias que separan a ambos y presentar un frente común que dé un nuevo impulso al proceso de paz en Oriente Próximo. La llegada al poder israelí del conservador Benjamín Netanyahu ha servido de revulsivo para acercar a los siempre divididos árabes. Ésta es la primera visita de Hussein a Damasco desde que en 1994 firmó la paz con Israel, lo que fue duramente criticado por Asad, que le acusó de debilitar el frente árabe al llegar a un acuerdo por s...

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El rey Hussein de Jordania y el presidente sirio, Hafez el Asad, mantuvieron ayer en Damasco una larga entrevista con la intención de acabar las diferencias que separan a ambos y presentar un frente común que dé un nuevo impulso al proceso de paz en Oriente Próximo. La llegada al poder israelí del conservador Benjamín Netanyahu ha servido de revulsivo para acercar a los siempre divididos árabes. Ésta es la primera visita de Hussein a Damasco desde que en 1994 firmó la paz con Israel, lo que fue duramente criticado por Asad, que le acusó de debilitar el frente árabe al llegar a un acuerdo por separado.

El monarca hachemí tenía previsto viajar a Siria después de recibir el próximo martes en su palacio de Ammán a Netanyahu, pero resolvió verse primero con el presidente Asad. Hussein se mostró dispuesto a mediar entre Asad y Netanyahu pero al final de su reunión, que calificó de "muy positiva", declaró que el presidente sirio no le entregó ningún mensaje. "No me ha dado ninguna carta, pero [el dirigente siriol sabe perfectamente que cuando quiera y donde quiera estoy dispuesto a ayudar al proceso de paz y servir al objetivo de alcanzar, una paz justa", señaló Hussein a su vuelta, ayer mismo, a Ammán.Al parecer, el primer ministro israelí se propone un acuerdo por etapas para alcanzar la paz con Siria y el Líbano. Pero pretende comenzar por una retirada militar de la llamada zona de seguridad establecida en el sur. de Líbano desde la invasión de ese país en 1982, a condición de que Beirut neutralice y desarme a los guerrilleros de Hezbolá, el pro iraní Partido de Dios.

Sin embargo, los Gobiernos de Siria y Líbano no están interesados en un acuerdo parcial para la evacuación israelí de esa zona y existe la impresión de que lo que Israel pretende es "poner una cuña" entre esos dos países para obtener mayores ventajas.

Una fuente gubernamental israelí confirmó el jueves que Netanyahu se reunió en secreto con un enviado de Asad, pero restó importancia al encuentro, desmentido por el Gobierno sirio, porque "no tuvo ninguna consecuencia política práctica".

Fracaso de Peres

Las conversaciones. de paz sirioisraelíes, que se celebraban en Estados Unidos, fueron suspendidas por Israel tras una ola de ataques suicidas, en febrero y marzo pasados, por parte de extremistas islámicos que se cobró 59 vidas en el Estado judío. El Gobierno del líder laborista Simón Peres, que perdió las elecciones generales del pasado 29 de mayo en Israel, fracasó en todos sus intentos para establecer un contacto directo con el presidente Asad, a pesar de que reconoció que "el Golán pertenece a la soberanía siria". Netanyahu, por el contrario, proclamó en su campana electoral que Israel tratará de concretar la paz con Siria sin cederle ese estratégico territorio, situado a 50 kilómetros de Damasco y a cuatro de la ciudad de Tiberíades sobre el lago Genesaret, en el norte de Israel, conquistado en la Guerra de los Seis Días, de junio de 1967.La decisión adoptada unánimemente el viernes por el Gobierno de Netanyahu de expandir los asentamientos de colonos judíos en los territorios árabes ocupados se levanta como un nuevo obstáculo a la reanudación del proceso de paz. Damasco considera esta decisión como una "declaración de guerra" y sostiene que sólo una retirada "total" de los altos del Golán facilitaría un reconocimiento del Estado judío.

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Para la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que preside Yasir Arafat, la autorización. de nuevos asentamientos ha sido, sin duda, un duro golpe. Saeb Erekat, ministro de Asuntos Municipales de la ANP, señaló que se abre paso a una nueva Intifada (revolución de las piedras). "No es una amenaza", afirmó, sino un pronostico. Nadie en nuestra sociedad acepta los asentamientos y el robo de tierras".

En los territorios ocupados por Israel habitan unos dos millones de palestinos y alrededor de 150.000 israelíes fuertemente armados. Cuando el asesinado primer ministro laborista Isaac Rabin. ocupó la jefatura del Gobiernó israelí, en 1992, congeló la construcción de nuevas viviendas para colonos, aunque permitió que se completaran unas 10.000 iniciadas durante el Gobierno precedente del Likud en Gaza y Cisjordania.

Militantes de Hamás

Por otra parte, la ANP estableció ayer, un comité ministerial para investigar los disturbios desatados el viernes en la prisión de Tulkarem que finalizaron con la muerte por un disparo, de uno de los manifestantes. La paz volvió a esa ciudad cisjordana después de que una turba de familiares y amigos de. militantes de Hamás detenidos en la cárcel de Tulkarem pusieran en libertad a 60 de ellos. Los detenidos regresaron a sus celdas y la policía palestina procedió a nuevas detenciones de militantes de Hamás acusados de promover los disturbios del viernes. La organización integrista islámica acusa a la policía palestina de disparar contra uno de sus militantes, mientras que la policía sostiene que el disparo no salió de sus armas sino de las de los manifestantes.Ayer también un, tribunal militar condenó en Jericó a 15 años de cárcel y trabajos forzados a dos de los policías acusados de torturar hasta la muerte al palestino Mahmud Jumayal, de 26 años. Un tercer policía fue sentenciado a 10 años de cárcel y trabajos- forzados. Los tres agentes de la ANP admitieron durante el juicio haber utilizado la fuerza contra Jumayal después de que éste tratase de escapar durante su traslado de un módulo a otro de la prisión de Nablús.

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