Los ganaderos franceses exigen más dinero por la crisis del vacuno

Los ganaderos franceses se lanzaron ayer a las calles, las carreteras y hasta al río Sena para exigir que se les compensara por la crisis de las vacas locas. Las exenciones fiscales y moratorias crediticias aprobadas el miércoles por el Gobierno fueron calificadas de "nada" por los sindicatos agrarios, y los 5.500 millones de francos (unos 130.000 millones de pesetas) de ayudas adicionales concedidos ayer en la cumbre de Florencia les parecieron "insuficientes". Según la Federación Nacional de Sindicatos Ganaderos, sólo "el retorno a unos precios normales" podía acabar con la crisis del sector...

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Los ganaderos franceses se lanzaron ayer a las calles, las carreteras y hasta al río Sena para exigir que se les compensara por la crisis de las vacas locas. Las exenciones fiscales y moratorias crediticias aprobadas el miércoles por el Gobierno fueron calificadas de "nada" por los sindicatos agrarios, y los 5.500 millones de francos (unos 130.000 millones de pesetas) de ayudas adicionales concedidos ayer en la cumbre de Florencia les parecieron "insuficientes". Según la Federación Nacional de Sindicatos Ganaderos, sólo "el retorno a unos precios normales" podía acabar con la crisis del sector en Francia. Los precios del vacuno en origen han caído cerca de un 30% desde marzo.Los ganaderos realizaron 76 manifestaciones, violentas unas, amables otras. Las más crispadas se desarrollaron en Normandía y Bretaña, regiones próximas al Reino Unido y cuya cabaña se ha visto especialmente afectada por la encefalopatía espongiforme bovina. En Caen, varios cientos de agricultores bloquearon el puerto de Ouistreham para impedir el atraque de un ferry británico y se enfrentaron a golpes con la policía. En Ruán, unos 300 ganaderos, con 20 tractores, cortaron todas las entradas y salidas por carretera.

Los choques con la policía causaron heridas a dos manifestarites y a un agente antidisturbios. En Estrasburgo (Alsacia), los manifestantes quemaron un muñeco que representaba a John Major, el primer ministro británico. En ciudades como Toulouse y París la protesta tuvo un rostro más simpático. En Toulouse se organizaron parrilladas y se invitó a los transeúntes. En París, una barcaza cargada de vacas se paseó durante horas por el Sena y acabó desembarcando frente a la Asamblea Nacional, donde se congregaron varios cientos de ganaderos. Los industriales cerealistas franceses, cuyos principales clientes son los ganaderos, anunciaron que contribuirían con una donación de 200 millones de francos (casi 5.000 millones de pesetas) al plan de salvamento del sector vacuno.

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