Crítica:CINE

Amor entre mujeres

El principal problema que suelen presentar las películas que narran amores homosexuales, tanto entre hombres como entre mujeres, es que tratan la situación como algo extraño, completamente fuera de lo habitual, y con unas considerables raciones de morbosidad. Esto hace que estas películas, por lo general, se sitúen a medio camino entre las directamente eróticas y los tortuosos dramas psicológicos.El gran acierto de la producción canadiense Cuando cae la noche es plantear, como algo natural, los amores entre una seria profesora, calvinista practicante, y una frívola actriz de un circo...

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El principal problema que suelen presentar las películas que narran amores homosexuales, tanto entre hombres como entre mujeres, es que tratan la situación como algo extraño, completamente fuera de lo habitual, y con unas considerables raciones de morbosidad. Esto hace que estas películas, por lo general, se sitúen a medio camino entre las directamente eróticas y los tortuosos dramas psicológicos.El gran acierto de la producción canadiense Cuando cae la noche es plantear, como algo natural, los amores entre una seria profesora, calvinista practicante, y una frívola actriz de un circo vanguardista. Tanto por el propio nacimiento de la relación como en su desarrollo posterior y, sobre todo, en las consecuencias que tiene para la profesora, a punto de contraer matrimonio con un destacado teólogo.

Cuando cae la noche

Directora y guionista: Patricia Rozema. Fotografía: Douglas Koch. Música: Lesley Barber. Canadá, 1995. Intérpretes: Pascale Bussieres, Rachel Crawford, Don McKellar. Estreno en Madrid: Conde Duque, Ideal (versión original subtitulada).

Lo mejor de la historia es su eficaz y minucioso planteamiento. La descripción de cómo la profesora pierde a su querido perro, conoce casualmente a la actriz, nace entre ellas una mínima atracción y la actriz se preocupa de que se vaya convirtiendo en una sólida relación afectiva. No porque el resto de su desarrollo carezca de una singular eficacia, sino porque no es tan sutil y resulta más previsible.

En cualquier caso Cuando cae la noche es una película de gran interés que confirma la gran fuerza narrativa de la guionista y realizadora Patricia Rozema. En algún momento está a punto de caer en un cierto esteticismo por el uso de la denominada "cámara lenta" y rozar en las escenas eróticas el estilo de David Hamilton, que a principios de los años setenta se hizo famoso fotografiando adolescentes e incluso dirigió algunas películas a finales de la década, pero consigue superar la tentación.

Buena parte de su atractivo nace de la habilidad con que Patricia Rozema (la directora de He oido cantar a las sirenas) contrapone el frío mundo calvinista en que se mueve la profesora y el calor del ambiente en que trabaja la actriz. Sin olvidar la destreza demostrada para dirigir actores, en especial a sus dos atractivas protagonistas.

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