Cartas al director

Ambiente cargado

Un sábado de abril, como cualquier sábado del año, me dirigía hacia la zona de bares, garitos y discotecas de Móstoles, que se encuentra situada en un extremo, de dicha localidad. Al entrar en uno de ellos, lo primero que me vino a la cara fue una fuerte bocanada de humo. A las personas que no fumamos nos convierten, en fumadores pasivos, y a los asmáticos, como yo, mucho peor.Cada vez que entro en un local con mucho humo no puedo estar más de cinco minutos, a no ser que haya ventilación o absorción del maligno humo, que se genera y hace a los asmáticos no poder estar en un local cerrado divir...

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Un sábado de abril, como cualquier sábado del año, me dirigía hacia la zona de bares, garitos y discotecas de Móstoles, que se encuentra situada en un extremo, de dicha localidad. Al entrar en uno de ellos, lo primero que me vino a la cara fue una fuerte bocanada de humo. A las personas que no fumamos nos convierten, en fumadores pasivos, y a los asmáticos, como yo, mucho peor.Cada vez que entro en un local con mucho humo no puedo estar más de cinco minutos, a no ser que haya ventilación o absorción del maligno humo, que se genera y hace a los asmáticos no poder estar en un local cerrado divirtiéndose.

En concreto, me dirijo a personas fumadoras, a propietarios de locales y a la alcaldía, que tenía que poner normas que regularan la ventilación y absorción de humos en locales públicos cerrados, haciendo cumplir las normas estrictamente.-

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