MONUMENTAL DE BARCELONA

Media corrida a causa del diluvio

Llenar tendidos y gradas (entrada más floja en las andanadas) en Barcelona, en el mes de abril y con climatología adversa, roza lo milagroso. O tal vez, la fiesta de los toros está remontando su crisis en la Ciudad Condal. Lo peor fue que lo de la climatología adversa pasó a mayores y se convirtió en un auténtico diluvio cuando doblaba el tercer toro, lo que obligó a suspender, muy precipitadamente por cierto, el festejo. A pesar de cuanto antecede, pudieron verse muchas cosas de interés, con lo que podría afirmarse que fue mejor esta media corrida que muchas completas. Los toros de Núñez, a l...

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Llenar tendidos y gradas (entrada más floja en las andanadas) en Barcelona, en el mes de abril y con climatología adversa, roza lo milagroso. O tal vez, la fiesta de los toros está remontando su crisis en la Ciudad Condal. Lo peor fue que lo de la climatología adversa pasó a mayores y se convirtió en un auténtico diluvio cuando doblaba el tercer toro, lo que obligó a suspender, muy precipitadamente por cierto, el festejo. A pesar de cuanto antecede, pudieron verse muchas cosas de interés, con lo que podría afirmarse que fue mejor esta media corrida que muchas completas. Los toros de Núñez, a los que no les sobraron las fuerzas, ofrecieron un juego interesante.Fue una pena que un tan seguro estoqueador como Litri malograse con dos pinchazos, una estocada atravesada y cuatro descabellos, su mejor faena en Barcelona. Nunca habíamos visto al joven diestro torear con ese temple, esa ligazón, esa hondura y ese sabor. Una faena en los medios, de gran nivel.

Núñez / Litri, Jesulín, Rivera

Tres toros de Joaquín Núñez, desiguales, poca fuerza, dieron juego. Litri: aviso y ovación y salida a los medios. Jesulín de Ubrique: oreja. Rivera Ordóñez: silencio.La corrida fue suspendida por lluvia después del tercer toro. Plaza Monumental, 28 de abril. Tres cuartos de entrada.

La fanea de Jesulín de Ubrique, siempre en tablas, tuvo voluntad y aseo, pero sólo calentó a sus incondicionales con algunos alardes rodilla en tierra, con el astado casi parado. Como mató con prontitud y eficacia, para él fue la única oreja.

Rivera Ordóñez lanceó al tercero con excelente trazo, de salida y en quites. Con la muleta toreó con la derecha y en el platillo de la plaza, con temple y mucho sabor. El pitón izquierdo era menos claro y por ahí el muleteo no pudo tener el mismo tono. Un sablazo muy bajo precedió a la torrencial lluvia.

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