Incineradoras de Madrid y Mataró

"¿Qué pasa, que las dioxinas de Mataró hablan catalán y por eso no hacen daño?", se preguntó el alcalde de Madrid, del PP, José María Álvarez del Manzano, para explicarse por qué en Madrid es polémica la incineradora de basuras urbanas y en Mataró no. Lo cierto es que ambas son parecidas y objetivamente no hay diferencias en cuanto a sus efectos sobre la salud. Pero los vecinos de Mataró no desconfían de la planta ni temen sus humos; y los de Madrid sí.La diferencia hay que buscarla en la transparencia informativa de sus gobernantes y en el proceso por el que se ha llegado en ambos municipios ...

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"¿Qué pasa, que las dioxinas de Mataró hablan catalán y por eso no hacen daño?", se preguntó el alcalde de Madrid, del PP, José María Álvarez del Manzano, para explicarse por qué en Madrid es polémica la incineradora de basuras urbanas y en Mataró no. Lo cierto es que ambas son parecidas y objetivamente no hay diferencias en cuanto a sus efectos sobre la salud. Pero los vecinos de Mataró no desconfían de la planta ni temen sus humos; y los de Madrid sí.La diferencia hay que buscarla en la transparencia informativa de sus gobernantes y en el proceso por el que se ha llegado en ambos municipios a la conclusión de que lo mejor para eliminar los residuos sea quemarlos en vez de depositarlos en un vertedero. Mientras que en Mataró hubo implicación de la ciudadanía en el problema de la basura, en Madrid no.

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Mataró intentó reabrir el antiguo vertedero de la ciudad en 1986. Los vecinos interpusieron una querella que impidió al Ayuntamiento usarlo. Entonces, hubo que transportar a diario los residuos a 70 kilómetros del municipio. El sobrecoste demostró a.los vecinos de Mataró que había que abandonar esa opción. Fue entonces cuando el alcalde planteó el horno. Los vecinos lo aceptaron.

El alcalde de Madrid consiguió el consenso sólo en el pleno municipal. Todos. los grupos políticos votaron a favor de la incineradora de Valdemingómez. Pero los ciudadanos lo han tomado como una imposición.

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