FERIA DE ABRIL

Camará temió fracasar apoderando a Rivera Ordóñez

Manuel Flores Camará, apoderado de Rivera Ordóñez, asegura que nunca imaginó que llegaría a dirigir la carrera del joven torero. Lo cierto es que tenía muchas papeletas para ello: había apoderado a su padre, Paquirri, durante 11 años -desde 1969 hasta 1980-, y mantiene una íntima amistad con Antonio Ordóñez. Así, en los primeros meses de 1994, una llamada del abuelo y una reunión con el nieto le convencieron para afrontar el futuro incierto de un novillero bullidor. "Cuando me lo propuso Ordóñez me negué", dice Camará, "porque yo me entrego totalmente y no soy apoderado de despacho; pero me re...

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Manuel Flores Camará, apoderado de Rivera Ordóñez, asegura que nunca imaginó que llegaría a dirigir la carrera del joven torero. Lo cierto es que tenía muchas papeletas para ello: había apoderado a su padre, Paquirri, durante 11 años -desde 1969 hasta 1980-, y mantiene una íntima amistad con Antonio Ordóñez. Así, en los primeros meses de 1994, una llamada del abuelo y una reunión con el nieto le convencieron para afrontar el futuro incierto de un novillero bullidor. "Cuando me lo propuso Ordóñez me negué", dice Camará, "porque yo me entrego totalmente y no soy apoderado de despacho; pero me reuní con Rivera, lo vi desfondado y pensé que podría malograrse un torero con condiciones".Manolo Camará es hijo de José Flores Camará, que fue apoderado de Manolete. Quiso ser torero, como lo fue su padre, pero pronto cambió la espada y la muleta por la representación. Ha estado junto a Paquirri, Emilio Oliva y Galloso, y descubrió a Paco Ojeda. Es además empresario de Córdoba, Antequera y Algeciras.

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"Al principio, tuve miedo al fracaso con el torero", reconoce, "porque el nombre de mi familia tiene peso y yo no podía echarlo por tierra; quizá, por eso hablé mucho con él y decidimos trabajar a fondo para quitarle la etiqueta de niño guapo y mimado y presentarlo como un serio aspirante a figura".

Camará asegura que se lo jugó todo en la feria sevillana del año pasado. "Me hubieran crucificado", afirma, "si Rivera fracasa en Sevilla; yo me jugaba más que él, porque eran muchos los que se oponían a una alternativa de tanta responsabilidad".

El apoderado se siente orgulloso de su torero y afirma que siempre confió en sus posibilidades: "Le había visto muchas cosas buenas por separado y estaba convencido de que si era capaz de juntarlas sería algo maravilloso; y lo mejor de todo es que ocurrió en la Maestranza".

La corrida de hoy en Sevilla, quinta de feria: toros de Torrestrella para Litri, Jesulín de Ubrique y Rivera Ordóñez.

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