El fútbol es más serio
La pretensión de los taurinos de equipararse al fútbol no pasa de ser un señuelo para la galería. De entrada, el fútbol es más serio. Hay un régimen disciplinario estricto y sanciones que se ejecutan al día siguiente de los partidos, sin que los futbolistas pretendan eludirlas bajo amenaza de huelga. Además se regula en la propia competición. Nadie tiene garantizada su categoría. Cuatro equipos de primera bajan, cuatro de segunda suben y así en las restantes divisiones.El mundo taurino no va a hacer nada para que puedan gozar de las mismas oportunidades todos los toreros; que todos tengan un m...
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La pretensión de los taurinos de equipararse al fútbol no pasa de ser un señuelo para la galería. De entrada, el fútbol es más serio. Hay un régimen disciplinario estricto y sanciones que se ejecutan al día siguiente de los partidos, sin que los futbolistas pretendan eludirlas bajo amenaza de huelga. Además se regula en la propia competición. Nadie tiene garantizada su categoría. Cuatro equipos de primera bajan, cuatro de segunda suben y así en las restantes divisiones.El mundo taurino no va a hacer nada para que puedan gozar de las mismas oportunidades todos los toreros; que todos tengan un mínimo de actuaciones y releven a quienes ocupan sin merecerlo los primeros puestos del escalafón. Nada hará para impedir que mientras unos pocos copan los carteles de ferias, pueblos e incluso cruces de carretera, varios cientos ni siquiera logran vestirse de luces.
Se sabe de ganaderos que venden cada toro a un millón de pesetas o más. Pero eso son algunos, mientras el resto -hay más de 600 ganaderías-, ha de malvender sus productos o enviarlos al matadero. Numerosos ganaderos y toreros, entre estos una legión de subalternos que han de ejercer distintos oficios o vivir en la miseria, permanecen marginados sin que la pretendida regulación les ofrezca ninguna salida a su problema.