Crítica:

Con el corazón en la boca y sin micrófono

I Festival Flamenco de la Mujer Gitana

Cante: Aurora y La Cañeta de Málaga.

Colegio Mayor San Juan Evangelista, 20 de enero.

La Cañeta de Málaga tiene una virtud fundamental para quienes se suben por profesión a un escenario, y es que de inmediato penetra en el público y lo lleva a su terreno.Transmite, comunica, convence, seguramente porque ella es la primera convencida de la verdad, de lo que hace. La Cañeta es cantaora y bailaora festera, es decir, de repertorio limitado a unos pocos géneros, ¡pero hay que verla en ellos! Los interpreta, los representa teatralmen...

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I Festival Flamenco de la Mujer Gitana

Cante: Aurora y La Cañeta de Málaga.

Colegio Mayor San Juan Evangelista, 20 de enero.

La Cañeta de Málaga tiene una virtud fundamental para quienes se suben por profesión a un escenario, y es que de inmediato penetra en el público y lo lleva a su terreno.Transmite, comunica, convence, seguramente porque ella es la primera convencida de la verdad, de lo que hace. La Cañeta es cantaora y bailaora festera, es decir, de repertorio limitado a unos pocos géneros, ¡pero hay que verla en ellos! Los interpreta, los representa teatralmente, los vive. La Cañeta canta entregándose, con el corazón en la boca y a veces sin micrófono, en lo suyo no caben mistificaciones ni hipocresías. Por bulerías creó que cantó más de media hora, y lo hizo arrebatadoramente, encandilando a la audiencia con su sinceridad sin concesiones, subrayada por su propio baile, desbordado quizás, en ciertos momentos, de maneras, pero enormemente efectivo.

La Cañeta de Málaga es imparable, un torrente de flamencura de la mejor ley, sin gran refinamiento si se quiere, pero con una gitanería y una jondura ante las que hay que descubrirse. Sólo verla sentada en su silla al estilo de las antiguas flamencas, disfrutando ella más que nadie con su arte, ya llena al espectador de gozo y le pone en situación de pleno disfrute. El concierto se convierte en una celebración, pero no en un alboroto; pese al carácter festero de los cantes de La Cañeta, ella los hace con un empaque y una profundidad que el auditorio recibe en silencio, con sumo respeto. El alboroto viene después, cuando termina y el público se levanta para ovacionala con entusiasmo.Voz rota

Cantó también su marido, José Salazar, por soleá y por bulerías. Buen cantaor, Salazar tiene la voz rota y ya no puede, pero quiere y sabe, y su pelea por sacar el cante como el cante es conmueve y emociona.

Primero habíamos oído a Aurora, una de las principales artífices del actual flamenco moderno en Madrid. Está, por lo tanto, en el extremo opuesto del arte de La Cañeta. Lo de Aurora es un tipo de canción ligera, hoy muy en boga, a veces aflamencada pero mayoritariamente ni eso. En esta circunstancia, por tratarse de un concierto en que el acento había sido puesto en lo jondo, hizo algunas cosas más flamenquitas de lo habitual en ella -alegrías, soleares, bulerías...-, pero evidentemente va por otra onda en la que se encuentra más agusto.

Esta joven cantante tiene una voz cálida, de timbre grato y brillante, que en las canciones a que nos hemos referido antes resulta bien.

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