Castro quiere mantener en 1996 el equilibrio entre economía e ideología

MAURICIO VICENT El presidente cubano, Fidel Castro, dibujó el martes, ante el Parlamento de su país, las líneas políticas que regirán en el nuevo año, y que seguirán procurando combinar economía, realidad e ideología en un ejercicio de difícil equilibrismo. Por un lado, se pretende sentar el desarrollo económico de la isla sobre bases sólidas y criterios de eficiencia, para lo cuál continuarán las medidas de reforma y apertura que provocan las contradicciones propias de la economía de mercado y la aparición de nuevos ricos y pobres. Por otro, se intenta limitar el efecto negativo de las reform...

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MAURICIO VICENT El presidente cubano, Fidel Castro, dibujó el martes, ante el Parlamento de su país, las líneas políticas que regirán en el nuevo año, y que seguirán procurando combinar economía, realidad e ideología en un ejercicio de difícil equilibrismo. Por un lado, se pretende sentar el desarrollo económico de la isla sobre bases sólidas y criterios de eficiencia, para lo cuál continuarán las medidas de reforma y apertura que provocan las contradicciones propias de la economía de mercado y la aparición de nuevos ricos y pobres. Por otro, se intenta limitar el efecto negativo de las reformas con medidas políticas que buscan preservar la pureza ideológica de la revolución, que el 1 de enero cumplirá 37 años

El mandatario cubano, de 69 años, adelantó en su discurso ante la Asamblea Nacional que uno de los pilares para la recuperación económica en 1996 será la realización de una buena cosecha azucarera, tras el fracaso de la última zafra, que con 3,3 millones de toneladas fue la más baja de la historia de la revolución. También dijo que será importante la introducción de un impuesto progresivo sobre los ingresos, que cumplirá un doble papel: incrementar la recaudación del Estado para financiar los servicios sociales, e impedir que se extendiese una nueva burguesía nacional, surgida de la desigualdad creada por las medidas de apertura económica.El presidente cubano reconoció que la llegada del nuevo año traería más retos económicos, más contradicciones y acentuaría algunas, desigualdades. "Hay que contar con una nueva clase social y cuanto más poder y más influencia tenga, mayor será el desafío para la revolución", afirmó Castro, señalando que los nuevos impuestoss progresivos servirían para que la gente, fundamentalmente los trabajadores por cuenta propia no se enriqueciesen demasiado.

Castro dejó muy claro que para sentar unas bases sólidas para el despegue económico es imprescindible que este año la producción de azúcar se incremente al menos en un 30%, y que se llegué a los 4,5 millones, de toneladas, cifra que antes de la caída del bloque socialista hubiese sido considerada por las autoridades como un desastre. "La revolución se juega el todo por el todo", afirmó, y agregó con contundencia: "Todo se puede venir abajo si falla la zafra".

El presidente cubano declaró que el próximo año debe incrementarse la producción de níquel, de cemento, de tabaco, de arroz y de hortalizas, y en general de todos los sectores de la economía, pero aseguró que para ello deben incrementarse la eficiencia y los controles, y ser intolerantes con lo mal hecho. "Hay razones para sentirse satisfechos por el conjunto de medidas económicas, políticas, administrativas, de controles y exigencias que han dado al país orden, paz, y han influido en que haya más confianza en la revolución", enfatizó.

Castro mencionó también uno de los grandes problemas que tiene su Gobierno, el de los miles de personas de las provincias orientales que han emigrado a la capital en los últimos años, a los que calificó de "ilegales". Según Castro, estas personas han creado una crisis de vivienda y de transporte en La Habana.

El Parlamento cubano discutió el martes en un sólo día el plan económico y los presupuestos generales para 1996, que prevén una subida del 2,6% para los servicios de, educación, salud y Seguridad Social, y reducciones de los subsidios a empresas con pérdidas, y también rebaja las cantidades asignadas a los Ministerios de las Fuerzas Armadas y del Interior, así como las asignaciones a los organismos centrales del Estado. Los diputados cubanos acordaron seguir tomando medidas para reducir el déficit presupuestario de 1.000 a 775 millones de pesos (de 5.000 a 3.875 millones de pesetas) y retirar de la calle 882 millones de pesos de exceso de capital circulante, medidas que contribuirán a que el PIB crezca un 5%em 1996.

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