Reportaje:

La falta de ayudas a la familia impide superar la baja tasa de fecundidad

Una española con 17 hijos tendría los mismos beneficios que una británica con uno

, En 1986, una madre española tenía que mantener nada menos que a 17 hijos para recibir la misma ayuda que una británica por un hijo. Para recibir lo mismo que una belga por 10 hijos debía tener a su cargo la friolera de 670. Los datos son del estudio ¿Convergencia o divergencia? Comparación de tendencias sociales recientes en las sociedades industriales, presentado ayer en Madrid por la Fundación BBV. La "muy diferente" situación de España en materia de ayudas a la familia y la crisis económica frenan la recuperación de su tasa de fecundidad (1,2%), la más baja del mundo.

La industrial...

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, En 1986, una madre española tenía que mantener nada menos que a 17 hijos para recibir la misma ayuda que una británica por un hijo. Para recibir lo mismo que una belga por 10 hijos debía tener a su cargo la friolera de 670. Los datos son del estudio ¿Convergencia o divergencia? Comparación de tendencias sociales recientes en las sociedades industriales, presentado ayer en Madrid por la Fundación BBV. La "muy diferente" situación de España en materia de ayudas a la familia y la crisis económica frenan la recuperación de su tasa de fecundidad (1,2%), la más baja del mundo.

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La industrialización ha provocado unas tendencias sociales comunes que podrían hacer pensar en un futuro uniforme si no fuese porque las peculiaridades culturales de cada país y las políticas gubernamentales provocan respuestas muy distintas. Éstas son las conclusiones del estudio presentado ayer en la Fundación BBV elaborado por el Grupo Internacional de Investigación creado hace ocho años por grupos de investigadores sociales de Alemania, Canadá, EE UU y Francia.La tendencia al descenso de la población y el aumento de la edad de las madres en el nacimiento de su primer hijo es un claro ejemplo del destino común al que tiende la evolución social de los últimos veinte años en los cinco países industrializados analizados en este estudio -España, EE UU, Francia, Alemania y Canadá. Pero mientras dos países -EE UU y Francia- han remontado la caída en picado y ahora cuentan con tasas de fecundidad cercanas al nivel de reposición, AIemania, el estado de Quebec (Canadá) y España, forman parte del grupo en el que la natalidad sigue el descenso. El caso, dice el estudio es especialmente grave para Quebec y, más aún, para España. "España se enfrenta a un descenso inminente de su población original y de incómodo excedente de población pasiva", dijo ayer Theodore Caplow, catedrático de Sociología de la Universidad de Virginia (EE UU), al participar en la presentación del estudio junto al responsable del análisis de la situación española, el también catedrático de Sociología Salustiano del Campo.

La inmigración "no es una solución apropiada", subrayó Caplow. Las dos únicas salidas posibles, dicen los investigadores, son el auge del matrimonio, -que ha caracterizado la recuperación natalicia de EE UU, o las medidas pronatalistas de apoyo financiero directo e indirecto a las familias a las que se atribuye la mejora en Francia.

En España, el auge del matrimonio queda descartado. La conciencia colectiva femenina no ha variado, corno ha ocurrido en EE UU, en su visión de esta institución que sigue asociando a presiones sociales rígidas y restrictivas para sus aspiraciones.

"Mientras en 1967 las ayudas económicas ascendían en España al 6,13% del salario mínimo, en 1985 esta proporción había caído hasta el 0,62%; en 1967, la parte destinada a ayudas familiares representaba aproximadamente un 25% del presupuesto general del Estado para ayuda social, mientras que en 1986 no superaba el 1%". El estudio añade que, aunque desde 1985 las esposas pueden hacer la tributación fiscal por separado, "sigue sin haber deducciones por guarderías, por ayuda doméstica, vivienda".

"En conjunto, la política pronatalista de antaño ha dejado paso a otra de lucha contra la pobreza cuyo objetivo es reducir las desigualdades verticales en cuanto a renta, más que las horizontales ligadas a la descendencia", comenta el estudio. "De hecho, para la opinión pública española -y en esto se distingue de la del resto de las sociedades estudiadas-, los hijos suponen tanto un problema financiero como una amenaza contra el estilo de vida individual", añade.

Como prueba de la importancia del factor económico, los investigadores apuntan que el 87% de los entrevistados españoles "manifestaron que la crisis obligaba a las familias a tener menos hijos o posponerlos, mientras que un 67% juzgaba como única alternativa la ausencia absoluta de descendencia".

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