Tribuna:AULA LIBRE

La formación continua

Una de las cuestiones más actuales de la vida universitaria es saber hasta qué punto capacita la obtención de un título para el ejercicio profesional. Desde un punto de vista legal, la Universidad otorga la capacitación para ejercer una presión, pero en la cambiante realidad actual, la institución universitaria debe hacer esfuerzos renovados para satisfacer la demanda social de formación permanente, y superar el tradicional esquema de enseñanzas regladas para obtención de títulos.En un reciente seminario organizado por el Consejo de Universidades en Castellón sobre reconocimiento de diplomas c...

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Una de las cuestiones más actuales de la vida universitaria es saber hasta qué punto capacita la obtención de un título para el ejercicio profesional. Desde un punto de vista legal, la Universidad otorga la capacitación para ejercer una presión, pero en la cambiante realidad actual, la institución universitaria debe hacer esfuerzos renovados para satisfacer la demanda social de formación permanente, y superar el tradicional esquema de enseñanzas regladas para obtención de títulos.En un reciente seminario organizado por el Consejo de Universidades en Castellón sobre reconocimiento de diplomas con fines académicos y profesionales en la UE, se concluyó que "debería impulsarse en mayor medida la formación continuada en colaboración con entidades académicas y profesionales". No quiere esto decir que la formación continua sea el único recurso para llevar a cabo la necesaria innovación educativa. Por el contrario, la dinámica de la sociedad actual implica también la flexibiliización de estructuras de la Universidad; la adaptación de los profesores a su nuevo papel de tutores de enseñanzas a la carta, la asunción por arte de los estudiantes de la responsabilidad de su propio curriculo; la incorporación de los multimedia y de los canales de información rápida como instrumentos de aprendizaje, etcetera.

Pero es bien cierto que la formación continua se sitúa en el centro de estas acciones, transformando la tradicional "carrera universitaria" en un proceso integrado, que se prolonga, una vez obtenido el título, durante toda la vida profesional. Los países más avanzados han reparado hace años en la creciente importancia de la formación continua (reciclado, formación de adultos, educación a distancia, cursos de posgrado ... ). En Francia los gastos dedicados a la formación de adultos, representan más de la mitad del presupuesto total de formación (que asciende al 1,85% del PIB), y un total de 8 millones de personas participa en al guna iniciativa de formación continua.

Cabe hacer propuestas concretas relativas al desarrollo inminente de la formación continua en España. Deberían planificarse, entre otras, las accciones siguientes: toma de conciencia del personal académico y administrativo, insistir en el acortamiento de los periodos lectivos reglados conducentes a títulos universitarios; programación y establecimiento de ofertas múltiples y diversificadas de formación continua con la participación de las distintas universidades, las empresas, el sector público y los colegios profesionales; que los consejos sociales asuman, en especial en este ámbito, el papel de transmisores de las demandas sociales a la Universidad; incorporación de modo generalizado de nuevas tecnologías educativas...

Es evidente, como decía el Libro Blanco de Delors, que en una sociedad como la futura, basada en la transmisión y el reparto de conocimientos, el acceso al saber teórico y práctico debe ocupar una posición central. Desarrollando dichas ideas un nuevo Libro Blanco sobre Educación y Formación será presentado proximamente por el Consejo de Ministros de la UE. Su finalidad es hacer reflexionar, a la sociedad sobre el esquema básico, de que es el propio individuo el responsable de su formación en las sociedades avanzadas. Para ello, la Universidad debe flexibilizarse las empresas comprometerse en el aprendizaje y el individuo, asumir el protagonismo de su propia educación. La formación continúa es una herramienta. Aprendamos a usarla.

Francisco Michavila es secretario general del Consejo de Universidades.

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