La Academia de Bellas Artes francesa premia a Alberto Reguera

"Es la primera vez que me premian. ¡Y sin presentarme!", explica Alberto Reguera, pintor segoviano que acaba de ganar el galardón que concede cada año la Académie des Beaux Arts, la máxima institución oficial francesa en materia de artes plásticas. "El jurado fue a visitar mi exposición en la galería de Olivier Nouvellet y decidieron que era la mejor del año de un artista joven".Reguera nació en 1961 y vive en París desde hace cuatro años. "Conservo un estudio en Madrid, pero aquí me siento como en casa. En España hay demasiada crispación, dan más importancia a la cáscara que a, lo que hay den...

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"Es la primera vez que me premian. ¡Y sin presentarme!", explica Alberto Reguera, pintor segoviano que acaba de ganar el galardón que concede cada año la Académie des Beaux Arts, la máxima institución oficial francesa en materia de artes plásticas. "El jurado fue a visitar mi exposición en la galería de Olivier Nouvellet y decidieron que era la mejor del año de un artista joven".Reguera nació en 1961 y vive en París desde hace cuatro años. "Conservo un estudio en Madrid, pero aquí me siento como en casa. En España hay demasiada crispación, dan más importancia a la cáscara que a, lo que hay dentro, en las páginas de cultura de los periódicos sólo hablan de dinero, de crisis de mercado, pero muy poco de pintura. En París, la gente es o parece muy fría, pero lo que es en realidad es muy seria. Con mi galerista no he ido nunca a cenar, ni tan sólo a tomar una copa. Bueno, una sí, justo ahora, para celebrar el premio".

Reguera se considera heredero de esa tradición bautizada con la etiqueta abstración lírica y habla con entusiasmo de su descubrimiento de los "paisajes interíores "pintados por Oliver Debré a finales de los cuarenta y durante los años cincuenta, o de su admiración por Soulages o Rothko. "Ahora, en cambio, vivimos una época en que hay muy pocas cosas que nos sorprendan". Él pinta telas rugosas, con varías capas de acrílico que se superponen y se ven sometidas a raspados y otra clase de torturas antes de recibir una lluvia de pigmentos y barniz.

La Académie des Beaux Arts premia a escultores y pintores, diferencia entre los artistas conocidos y los jóvenes. La recompensa en metálico es modesta: 11.500 francos (unas 280.000 pesetas), pero su repercusión nada tiene que ver con ella. Reguera vendió 11 de las telas que colgó en la galería Olivier Nouvellet y ahora prepara otras exposiciones para Milán y Bruselas.

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