Imanol Uribe lanza un alegato contra el racismo en su primera comedia

Andrés Pajares y María Barranco protagonizan 'Sí, bwana'

El cineasta Imanol Uribe deseaba dirigir un guión divertido y optimista que contrastase con la laureada Días contados, su última producción. Andrés Pajares, a su vez, se empeñó en trasladar al cine la obra teatral de Ignacio del Moral La mirada del hombre oscuro, tras quedar atrapado por la historia. Ambas coincidencias han fructificado: Uribe se estrena dirigiendo una comedia y el actor atiende "'un placer pendiente" al interpretar al marido de María Barranco en la adaptación cinematográfica.

Pese al tono humorístico de la película, que se rueda en la playa del Barronal en San José (Al...

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El cineasta Imanol Uribe deseaba dirigir un guión divertido y optimista que contrastase con la laureada Días contados, su última producción. Andrés Pajares, a su vez, se empeñó en trasladar al cine la obra teatral de Ignacio del Moral La mirada del hombre oscuro, tras quedar atrapado por la historia. Ambas coincidencias han fructificado: Uribe se estrena dirigiendo una comedia y el actor atiende "'un placer pendiente" al interpretar al marido de María Barranco en la adaptación cinematográfica.

Pese al tono humorístico de la película, que se rueda en la playa del Barronal en San José (Almería), Uribe transmite un nítido mensaje contra la intolerancia racial.Andrés Pajares se encara en la playa con su perseguidor, un africano sucio que, entre su incomprensible dialecto bubi, acierta a decir "¡Viva España Induráin!" para tranquilizar al asustado matrimonio y sus dos hijos, que huyen descalzos del espalda mojada. Así comienza la secuencia 12 de la película , bwana, el primer rodaje que dirige Imanol Uribe por encargo y en clave de humor. Así pues, , bwana rompe con la trayectoria anterior del cineasta vasco, que se enfrenta a su primera comedia a través de unos personajes medios que viven un conflicto tan universal como el choque multirracial.

Un taxista (Andrés Pajares) se desplaza con su familia (María Barranco y dos niños) hasta una playa solitaria para buscar coquinas. Esa excursión hasta una cala del sur, donde se encontrarán con un norteafricano (Emilio Buale) recién desembarcado de una patera, proporciona el arranque para desarrollar una comedia con final dramático. Imanol Uribe aprovecha la adaptación cinematográfica para "lanzar un alegato contra el racismo y la intolerancia, un tema muy vinculado a la realidad que me interesa".

Sucesivos encuentros de los protagonistas con un grupo de contrabandistas y otro de skinheads en la misma playa plantearán diferentes casos de marginación racial. "Los españoles tenemos un tipo de racismo mediterráneo, más bien pasivo y no militante. Hay otro tipo de racismo centroeuropeo, que es más activo, ideológico y beligerante", tercia Uribe, que ha escrito tres guiones de la obra antes de iniciar el rodaje.

"Creo que se trata de mi película más universal", añade el director, que dirige a su esposa, María Barranco, en un papel estelar por primera vez, algo que la actriz aprovechó para bromear: "Te da cierto morbo trabajar en una película y después irte con el director". La comedia significa, además, el retorno al cine de Pajares tras un paréntesis de tres años, cuando rodó la segunda parte de Makinavaja.

La película una producción de Aurum, Cartel y Origen PC que cuenta con un presupuesto de 275 millones de pesetas- se rueda cronológicamente, respetando el orden natural de la historia, que transcurre en menos de 24 horas.

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