Martin Amis, Michael Crichton y los dinosaurios

A partir de mañana, sábado 4 de noviembre, el suplemento de cultura de EL PAÍS se presenta con un nuevo diseño y un nuevo orden de páginas. El tema de portada es la crítica que realiza el escritor británico Martin Amis sobre la última novela de Michael Crichton, El mundo perdido, segunda parte de su espectacular éxito Parque Jurásico. Se incorpora, también, Juan Marsé, que propone un juego semanal en el que el cine es la clave: Paseo por las estrellas es su título.

Corren tiempos de cambiar un tanto las maneras para esquivar el peligro de la modorra y el anquilosamiento. Así lo entiende...

A partir de mañana, sábado 4 de noviembre, el suplemento de cultura de EL PAÍS se presenta con un nuevo diseño y un nuevo orden de páginas. El tema de portada es la crítica que realiza el escritor británico Martin Amis sobre la última novela de Michael Crichton, El mundo perdido, segunda parte de su espectacular éxito Parque Jurásico. Se incorpora, también, Juan Marsé, que propone un juego semanal en el que el cine es la clave: Paseo por las estrellas es su título.

Corren tiempos de cambiar un tanto las maneras para esquivar el peligro de la modorra y el anquilosamiento. Así lo entiende, por lo menos, Babelia, la revista cultural de EL PAÍS, que este sábado llega a los quioscos con nuevo diseño. Procura éste incorporar un repertorio más amplio de temas y potenciar algunas áreas a las que, anteriormente, no se les había dado mucho espacio, esencialmente, el cine, en la que tendrá columna fija Juan Cueto.No olvida la nueva propuesta el interés por los textos de firmas consagradas y, así, para abrir esta etapa, recoge en sus páginas un excelente artículo del escritor británico Martin Amis, en el que disecciona, con desenfado y con la soltura característica de su estilo, el último libro de Michael Crichton. El estadounidense acaba de conquistar el número uno de las listas de libros más vendidos de su país con The lost world (El mundo perdido), la segunda parte de su Parque Jurásico. Spielberg ya ha comprado los derechos y una nueva dinofiebre se anuncia para dentro de poco.

Otra novedad que incorpora Babelia es la firma semanal de Juan Marsé. El escritor catalán, amante confesado del séptimo arte, inicia una serie juguetona en la que propone los encuentros mas disparatados entre algunos mitos de la pantalla. Cómo llegar de Pepe Isbert a Marilyn Monroe, o de Ana Belén a Jack Nicholson, por ejemplo: ése es su reto y Marsé propone para resolverlo dos caminos, uno inmediato y otro un tanto más enrevesado.

El primer número, por otra parte, sigue apostando por los libros, con la inclusión de una columna, también fija, de Miguel García-Posada. En esta ocasión se invita a releer a Albert Camus, que regresa con toda la fuerza de sus propuestas morales; al Cortázar de la primera época, de quien se acaba de publicar un texto inédito, o el singular repaso que el historiador Eric Hobsbawm hace del siglo XX en su último libro. Ignacio Echevarría, Santos Juliá, Javier Pradera y Carlos García Gual, entre otros, son algunos de los nombres que continúan señalando claves y sugerencias de lecturas. Se recupera, por otra parte, la lista de libros más vendidos y se incorporan nuevas secciones: una dedicada al comentario de los últimos libros leídos por algún relevante personaje de la cultura, que en este número firma Josefina Aldecoa, y la crónica de la actividad editorial de algunas ciudades importantes -Nueva York, París, Berlín, etcétera-

La polémica e impresionante restauración de los frescos del Sancta Sanctorum, la capilla de la basílica romana de San Juan de Letrán, abren la nueva sección dedicada al arte en la que Francisco Calvo Serraller se incorpora como columnista fijo, o el análisis del gigantesco centro comercial que el arquitecto francés Jean Nouvel ha terminado en Euralille, la iconoclasta metrópolis futurista de LiIle, comentado por Luis Fernández Galiano, son otras de las cuestiones tratadas.

El nuevo Babelia, por último, procura atrapar en breves instantáneas el vertiginoso ritmo que sigue la actividad cultural en todos sus frentes. Un diseño sobrio, ágil y polivalente, que rescata las referencias estilísticas más contemporáneas, sirve para potenciar los distintos cambios.