Los Quince piden a la Eurocámara la unión aduanera con Turquía

El acuerdo aduanero Turquía-Unión Europea ya sólo depende del Parlamento Europeo para entrar en vigor el 31 de diciembre de 1995. Pero el visto bueno de la Eurocámara se ha puesto caro. El Consejo de Asociación CE-Turquía llegó ayer a la conclusión de que "ya se dan las condiciones para el buen funcionamiento de la unión aduanera" y ha felicitado a Turquía "por los destacados esfuerzos de adaptación que ha realizado". La izquierda europea, sin embargo, no está dispuesta a hacer la vista gorda con el problema de los derechos humanos y los grupos socialista e Izquierda Unida consideran insuficie...

El acuerdo aduanero Turquía-Unión Europea ya sólo depende del Parlamento Europeo para entrar en vigor el 31 de diciembre de 1995. Pero el visto bueno de la Eurocámara se ha puesto caro. El Consejo de Asociación CE-Turquía llegó ayer a la conclusión de que "ya se dan las condiciones para el buen funcionamiento de la unión aduanera" y ha felicitado a Turquía "por los destacados esfuerzos de adaptación que ha realizado". La izquierda europea, sin embargo, no está dispuesta a hacer la vista gorda con el problema de los derechos humanos y los grupos socialista e Izquierda Unida consideran insuficientes los cambios introducidos en la legislación turca para suavizar la Ley Antiterrorista.

Turquía consigue un enorme espaldarazo político, comercial y financiero con este acuerdo, que para su ministro de Exteriores, Coscun Kirca, presente ayer en Luxemburgo, "no es un objetivo, sino el camino para llegar a la integración en la UE". El acuerdo aduanero supondrá para este país unas ayudas financieras de unos 2.000 millones de ecus (320.000 millones de pesetas) en cinco años. De esta cantidad, 375 millones proceden del presupuesto comunitario, entre 1.000 y 1.150 millones de préstamos del Banco Europeo de Inversiones y por lo menos 400 millones del programa Meda de ayuda a los países mediterráneos. Este acuerdo permitirá el libre tránsito de productos no agrícolas entre Turquía y la Unión con una tarifa exterior común, incluidos los productos procedentes de países terceros que han superado ya los trámites aduaneros en cualquier de las dos zonas. Se toman cautelas especiales para algunos sectores como el automóvil o el textil, para controlar las importaciones procedentes de Japón, en el primer caso, y de terceros países en el segundo.Pero el camino está todavía erizado de dificultades. El acuerdo no será efectivo hasta que reciba el visto bueno del Parlamento Europeo, tradicionalmente muy sensible al respeto a los derechos humanos. "Los cambios legales acordados en Turquía son insuficientes porque no garantizan el pleno ejercicio del derecho a la libertad de expresión y opinión", señaló ayer a este diario el diputado Carlos Camero (IU), ponente de la Eurocámara para el acuerdo aduanero, que coincide así con la líder del grupo socialista, Pauline Green.

La declaración de Carnero, que se ratificó en su recomendación de que la Eurocámara diga no al acuerdo, promete generar hoy una áspera batalla en la Comisión de Exteriores del Parlamento, que se reunirá para elaborar el texto que definitivamente se presentará en el Pleno, y promete convertirse en un duro enfrentamiento del Parlamento frente al Consejo de ministros y la Comisión Europea. El ministro español de Exteriores y presidente del Consejo, Javier Solana, quiso ayer suavizar esta oposición asegurando que los "esfuerzos" de Turquía merecen el apoyo final de los parlamentarios.

Los "esfuerzos" del Gobierno de la primera ministra Tansu Ciller se plasman básicamente en la suavización -se rebajan las penas- del artículo 8 de la Ley Antiterrorista, utilizado hasta ahora para encarcelar a terroristas, separatistas y defensores de la causa kurda. Coscu Kirca no pudo precisar en rueda de prensa en Luxemburgo cuándo y cuántos presos políticos podrán dejar las cárceles porque "eso depende de los tribunales que revisen cada caso".