Crítica:CLÁSICA

Tres grandes sinfonistas

El segundo concierto de la filarmónica de Israel con Zubin Mehta repitió, en menor escala, el éxito del primero. Me felicito de que, nuestro, público ovacione con mayor calor La sagración de la primavera que la Sexta sinfonía de Mahler, y ello no por ningún prurito antimahleriano (los anti en arte resultan tan estúpidos como los fanáticos) sino porque tal reacción, aparte el mayor o menor impacto de las versiones, me parece lógica. En Stravinski todo queda claro tras la complejidad de la invención instrumental y la exaltación del pulso rítmico; en Mahler lo complejo habita...

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El segundo concierto de la filarmónica de Israel con Zubin Mehta repitió, en menor escala, el éxito del primero. Me felicito de que, nuestro, público ovacione con mayor calor La sagración de la primavera que la Sexta sinfonía de Mahler, y ello no por ningún prurito antimahleriano (los anti en arte resultan tan estúpidos como los fanáticos) sino porque tal reacción, aparte el mayor o menor impacto de las versiones, me parece lógica. En Stravinski todo queda claro tras la complejidad de la invención instrumental y la exaltación del pulso rítmico; en Mahler lo complejo habita en la sustancia. Si Schönberg tuvo que rectificar sus juicios ante la obra mahleriana, como confiesa en su ensayo sobre Mahler, es evidente que el camino a recorrer desde las más exteriores impresiones lírico-épicas al fondo de la cuestión es largo y difícil. Lo qué se advierte en la casi paradigmática sexta sinfonía.Zubin Mehta aplicó esta vez a la monumental partitura un criterio tan sobrio, de tan efectiva resistencia a lo episódico para atender lo constructivo, que enfrió un tanto el cruce de expresividades planteadas por el compositor. Cuando una creación de Mahler o de cualquier otro gran autor gigantista provoca cierta sensación de agobio es que algo no marcha bien. Todo sea dicho desde la admiración a la contrastada categoría de los músicos israelitas y su director vitalicio.

Filarmónica de Israel / Sinfónica de Galicia

Director: Z. Mehta. Orquesta Sinfónica de Galicia. Director: V. Pablo Pérez. Obras de Mahler, Beethoven y Brahms. Auditorio Nacional. Madrid, 25 de octubre.

Homenaje a Severo Ochoa

Las universidades madrileñas, con el patrocinio del Ministerio de Cultura y la Smithkline Beecham, rindieron homenaje a Seveso Ochoa en beneficio de la fundación que lleva su nombre. Recordar a los seres admirados y queridos con lo que fue objeto de su interés y su amor será siempre acertado y está bien evocar a Ochoa a través de Beethoven y Brahms representativos, respectivamente, de un poder energético inigualado y de una honda sensibilidad y de una tensa inspiración. Schönberg dijo: "Inspirado no es aquel que acierta con un buen tema, sino quien crea una sinfonía entera".Víctor Pablo Pérez y su Sinfónica de Galicia dieron a uno y otro autor lo que son y comunican, aunque el maestro burgalés parece moverse más agusto con el lirismo íntimo de Brahms. Éxito grande que concluyó con el canto del Gaudeamos igitur según la versión de Brahms en la obertura académica.

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