El centenario del maestro Guerrero

Con la sala llena y con asistencia de la reina doña Sofía y la princesa Irene, se celebró en el Auditorio el homenaje a Jacinto Guerrero, patrocinado por el Ministerio de Cultura, la SGAE, la Fundación Guerrero y la firma BMW. En el programa, tres títulos representativos de la musa popular del compositor (Ajofrín, 1895): Los gavilanes, de 1923; El huésped del Sevillano, de 1926, y La rosa del azafrán, de 1930.En el estrado, la estupenda Orquesta' Sinfónica de Sevilla, el Coro del Gran Teatro de Córdoba, la soprano Ana María Sánchez, el tenor José Antonio Sempere y el barít...

Con la sala llena y con asistencia de la reina doña Sofía y la princesa Irene, se celebró en el Auditorio el homenaje a Jacinto Guerrero, patrocinado por el Ministerio de Cultura, la SGAE, la Fundación Guerrero y la firma BMW. En el programa, tres títulos representativos de la musa popular del compositor (Ajofrín, 1895): Los gavilanes, de 1923; El huésped del Sevillano, de 1926, y La rosa del azafrán, de 1930.En el estrado, la estupenda Orquesta' Sinfónica de Sevilla, el Coro del Gran Teatro de Córdoba, la soprano Ana María Sánchez, el tenor José Antonio Sempere y el barítono Vicente Sardinero, todos ellos guiados por Odón Alonso, que cuidó la sonoridad como si se tratara de interpretar a Mahler.

Ana María Sánchez posee una Voz hermosa y un arte convincente y directo; Sempere entonó con vigor el Canto, a la espada y Vicente Sardinero fue el barítono de bello timbre, dicción sobria y profesionalidad ejemplar. Cuando Sardinero canta, un aura de nobleza circula por el escenario.