Bertolucci filma en la Toscana una película sobre la belleza

El director italiano asegura no sentirse preparado aún para rodar 'Novecento lll'

"Un viaje iniciático que tiene al tiempo la fuerza de un catalizador y la fragilidad de la juventud". Bernardo, Bertolucci prepara en la Chianti, Toscana, su próxima película, que define así, y que en inglés se llamará Stealing beauty (Robando la belleza), aunque en italiano será Io ballo da sola (Bailo sola), y que es un filme voluntariamente ligero. Bertolucci vuelve a rodar en Italia después de 10 años, un gesto que considera "ritual y simbólico". El resultado se verá en marzo.

La historia del robo de la belleza, o de la chica que baila sola (Liv Tayler, que acaba de cumplir 18 a...

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"Un viaje iniciático que tiene al tiempo la fuerza de un catalizador y la fragilidad de la juventud". Bernardo, Bertolucci prepara en la Chianti, Toscana, su próxima película, que define así, y que en inglés se llamará Stealing beauty (Robando la belleza), aunque en italiano será Io ballo da sola (Bailo sola), y que es un filme voluntariamente ligero. Bertolucci vuelve a rodar en Italia después de 10 años, un gesto que considera "ritual y simbólico". El resultado se verá en marzo.

La historia del robo de la belleza, o de la chica que baila sola (Liv Tayler, que acaba de cumplir 18 años y para la que ésta es su cuarta película), se centra en el personaje de Lucy, una joven americana que en los siete u ocho días que transcurrirán en casa de sus amigos toscanos traspasará interiormente el umbral entre la adolescencia y la edad adulta.Lucy llega para desentrañar el sentido de algunas páginas del diario de su madre, una poetisa rebelde que se suicidó años antes, y para encontrar al chico italiano que le dio el primer beso. Allí, con los dueños de la casa, el escultor lan Gravson (el actor irlandés Donald McCann) y su mujer (Sinead Cúsak, casada en la vida real con Jeremy Irons), conocerá a una tribu cosmopolita compuesta por los huéspedes: un marchante de arte (Jean Marais), una periodista que responde a corazones atormentados, tipo Elena Francis en moderno (Stefania Sandrelli); un dramaturgo inglés enfermo terminal de cáncer (Jeremy Irons), y un periodista de guerra (Carlos Cecchi). Lucy, con su llegada, despertará al grupo de la atmósfera letárgica, aunque placentera, en la que viven.

"Un filme pequeño"

Bertolucci dice que Io ballo da sola, filme al que califica de "pequeño" con respecto a los últimos que ha hecho (El último emperador, El cielo protector, El pequeño Buda) es una película sobre la belleza, "pero entendida ésta de forma muy genérica: belleza del paisaje humano, del de los alrededores de la casa toscana, de las obras de arte que este paisaje ha inspirado: porque hay un auténtico concentrado de belleza". Contar la historia de una chica espolea "mi lado femenino, quizá porque una adolescente que se convierte en mujer desencadena una serie de fantasías que uno tiende a reprimir". El director ha elegido Toscana porque es adonde vuelve en vacaciones, pretendiendo "mirarla con los mismos ojos con que he mirado Nepal y Bután, con una mirada nueva que incluye todo lo que hay aquí, incluidas las prostitutas senegalesas que se encuentran en algunas carreteras del Chianti". No obstante, no ha pretendido reflejar el clima de la Italia actual. Al ambiente en que se mueven sus personajes, explica, "no llegan muchas noticias del mundo y de sus horrores, o al menos no llegan de forma directa. Hay, no obstante, señales de lo que sucede alrededor, como una enorme antena de televisión en medio del campo. No obstante" sigue el director, "todo se presenta de una forma leve y sutil, lejana a los gritos tan extendidos en estos momentos en Italia, que me da la impresión de que se ha convertido en el país de los monólogos".Bertolucci ha huido, pues, de mostrar la actualidad de su país, entre otras cosas, según explica, porque los cambios suceden a tal velocidad que es una época muy difícil de narrar. Y porque tenía ganas de volver a hablar de los jóvenes. Dice estar rodando esta película "como si hubiera vuelto a los años sesenta, cuando había aquel entusiasmo y aquellas ganas de divertirse".

Aunque este filme no se considere su vuelta a Italia, sino "un primer paso, un gesto ritual como el de los perros que delimitan su territorio haciendo pis", sí será plenamente italiana su próxima película, la parte tercera de Novecento, que recogerá el último medio siglo de este país, y en el que intentará entender "cómo hemos llegado a donde estamos. Será una reflexión útil para todos, y, desde luego, para mí mismo", añade. "En estos momentos no logro explicarme hacia dónde vamos y, sobre todo, hacia dónde queremos ir. Creo que lo que se percibe, sobre todo, es un gran sentimiento de desánimo". Por eso afirma Bertolucci que aún no está preparado para este Novecento III y que se siente incapaz "de contar, sin dar nombres, la confusión política, moral y estética en la que hemos caído". Liv Tyler, la protagonista de Io ballo da sola -hija del rey del heavy metal Steven Tyler, al que no conoció hasta los 10 años, y de la modelo Bebe Buell-, ha rodado acompañada por su madre. Mientras se prepara para intervenir en el próximo filme de Woody Allen, cuenta que cuando aceptó la película de Bertolucci, tenía mucho miedo, ahora puede decir que se ha encontrado un trabajo como una fiesta. "También yo, como Lucy, necesito que los adultos me acepten y sentirme dentro de una familia". Io ballo da sola está producida por Jeremy Thomas, colaborador de Bertolucci desde El último emperador. El director de fotografía es el francoiraní Darius Khondji, al que ha sugerido la música de Mozart como trasfóndo de las tomas.

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