Los refugiados de Ruanda abordan con temor los camiones que les repatrían

La operación preparada por Naciones Unidas para repatriar voluntariamente a decenas de miles de refugiados de Ruanda en Zaire comenzó ayer de forma muy tímida. Apenas unos centenares subieron a los camiones que les devolverán a su país. En el campo de Kibumba, que con sus 200.000 residentes es el mayor en la zona de Goma, sólo 87 personas, en su mayoría mujeres y niños, subieron a los camiones."Cada cual espera que otros se muevan primero", comentó Ivan Sturm, un responsable del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). "Esto va muy despacio. La gente necesita estar seg...

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La operación preparada por Naciones Unidas para repatriar voluntariamente a decenas de miles de refugiados de Ruanda en Zaire comenzó ayer de forma muy tímida. Apenas unos centenares subieron a los camiones que les devolverán a su país. En el campo de Kibumba, que con sus 200.000 residentes es el mayor en la zona de Goma, sólo 87 personas, en su mayoría mujeres y niños, subieron a los camiones."Cada cual espera que otros se muevan primero", comentó Ivan Sturm, un responsable del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). "Esto va muy despacio. La gente necesita estar segura de lo que va a pasar".

Centenares de hombres jóvenes vieron cómo los 87 refugiados abordaron tres camiones que partieron rumbo a la frontera, pero muchos de esos testigos manifestaron que no piensan volver a Ruanda. Entre el millón de refugiados hutus en el este de Zaire son muy numerosos los que temen ser asesinados si vuelven a su país en acto de represalia por el genocidio que el año pasado costó un millón de vidas de tutsis y hutus.

No obstante, hay también optimistas como Jean Baptiste Ruanika, de 28 años, que se subió a uno de los camiones. "Yo soy un tío listo. Escucho constantemente la radio. Y por eso vuelvo", decía. "He oído que los soldados zaireños ya han dejado de coger a gente. Zaire nos deja irnos con ACNUR. Tenemos que hacerlo ahora porque, si no, nos van a echar a patadas". En el vecino campo de Kitale sólo unas cien personas aceptaron partir, según fuentes del ACNUR.

El jefe del campo de Kibuma, Jean Baptiste Sibomana, estima que unas 50.000 personas parecen estar dispuestas a retornar, pero que él no lo hará hasta que los dirigentes de los refugiados no pacten un acuerdo para compartir el poder con el Gobierno de Kigali y no se forme un nuevo ejército. "Lo que me hizo salir de Ruanda sigue estando allí", advierte.

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