Crítica:FESTIVAL DE TEATRO DE MÉRIDA

Un 'Hipólito' descarado y actual

El actor Miguel Molina, así como sus compañeros de reparto -Juan Diego, María Asquerino, Clara Sanchís, Tomás Sáez y un coro griego de nueve mujeres descaradas y rollizas- y el director, Emilio Hernández, se mostraron la noche del pasado miércoles felices por la buena acogida del montaje de Hipólito, de Eurípides, que fue estrenado dentro del Festival de Teatro de Mérida.Pero la rodilla de Molina, que venía dando guerra los últimos días, no participó del júbilo y se puso a molestar a su propietario, quien tuvo que desplazarse ayer a Madrid para. ser examinado. El actor viajó acompañado por su ...

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El actor Miguel Molina, así como sus compañeros de reparto -Juan Diego, María Asquerino, Clara Sanchís, Tomás Sáez y un coro griego de nueve mujeres descaradas y rollizas- y el director, Emilio Hernández, se mostraron la noche del pasado miércoles felices por la buena acogida del montaje de Hipólito, de Eurípides, que fue estrenado dentro del Festival de Teatro de Mérida.Pero la rodilla de Molina, que venía dando guerra los últimos días, no participó del júbilo y se puso a molestar a su propietario, quien tuvo que desplazarse ayer a Madrid para. ser examinado. El actor viajó acompañado por su mujer, la también actriz Lidia Bosch. Los médicos no le ven huena cara a un ligamento y al menisco del actor y en principio se habló de una intervención quirúrgica inmediata.

No obstante, varios médicos tomaron la decisión de permitirle volver anoche a Mérida con la condición de que no hiciera ningún movimiento brusco hasta que se sepa el alcance de su lesión y si tiene que ser intervenido. Finalmente el actor actuó en la representación de anoche.

Ovación

Todo esto ocurría horas después de que un público puesto en pie ovacionara el trabajo de este Hipólito, en el que Hernández, respetuoso con la versión de Eurípides, ha querido mostrar cómo las intolerancias y las miserias humanas son las mismas en los últimos 25 siglos, aunque ahora las denominemos neofascismos.Para un mayor acercamiento entre la época griega y la actual, Hernández ha introducido elementos contemporáneos fundamentalmente en la escenografía y el vestuario (realizado por Gabriel Carrascal), y ha transformado el tradicional coro griego en un grupo de nueve mujeres, rubias platino con aromas de vodevil, escogidas entre las más rellenitas de las actrices españolas.

Ellas, con sus descaros (llegan a abanicarse lo que Florinda Chico define como el tordo), y sus reflexiones no son más que las representantes de una voz popular con que hasta la más terrible tragedia es matizada y presentada desde su lado cómico.

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