La Comisión pretende atornillar a España para que ataje el déficit presupuestario al 4,4% en 1996

La austeridad presupuestaria para 1996 ha desbordado ampliamente el marco español y la discusión entre el Gobierno y los nacionalistas catalanes. La Comisión Europea pretende atornillar a los países de la cohesión para que cumplan a rajatabla, sin ningún margen y "año a año", sus previsiones de déficit, con la amenaza de que en caso contrario, se les retiraría anticipadamente el acceso al Fondo de Cohesión. Aunque los tres Gobiernos afectados -España, Portugal y Grecia- son partidarios del rigor presupuestario, se resisten a atarse aún más las manos a lo que entienden una interpretación...

La austeridad presupuestaria para 1996 ha desbordado ampliamente el marco español y la discusión entre el Gobierno y los nacionalistas catalanes. La Comisión Europea pretende atornillar a los países de la cohesión para que cumplan a rajatabla, sin ningún margen y "año a año", sus previsiones de déficit, con la amenaza de que en caso contrario, se les retiraría anticipadamente el acceso al Fondo de Cohesión. Aunque los tres Gobiernos afectados -España, Portugal y Grecia- son partidarios del rigor presupuestario, se resisten a atarse aún más las manos a lo que entienden una interpretación restrictiva de la Comisión.La batalla se está produciendo en las horas previas a la celebración del Ecofin (Consejo de ministros de Economía y Finanzas) de la Unión Europea (UE), el próximo lunes. Este consejo debe aprobar las "recomendaciones" de la Comisión dirigidas a los doce Estados miembros que exhiben "déficits excesivos": todos, salvo Luxemburgo, Alemania e Irlanda.

El asunto fue debatido en el último Comité Monetario. La Comisión sostuvo en esa reunión una interpretación del Tratado de Maastricht por la cual no sólo hay que llegar al 3% del déficit público a final de 1997 (en el caso de que el pase a la moneda única se confirme para 1999), es decir, en un plazo plurianual, sino que los programas de convergencia deben ser cumplidos "año a año", a rajatabla, sin ningún margen de maniobra, por pequeño que sea, según fuentes comunitarias.

Si el lunes triunfa esa tesis, en la práctica supondrá que España no podrá lucir un déficit ni una décima superior al 5,9% este año, y al 4,4% el año próximo, so pena de verse apartada del fondo de cohesión establecido en Edimburgo para facilitar la convergencia de las economías más débiles y por tanto su acceso a la moneda única: se le vedaría el acceso de nuevos proyectos a ese fondo, desde el 31 de marzo siguiente al ejercicio en que se hubiera constatado el incumplimiento."Interpretación restrictiva"Por el contrario, el director general del Tesoro, Manuel Conthe, defendió en el Comité Monetario el miércoles -yfue apoyado por otros países- que esa es una "interpretación restrictiva" tanto del tratado como del reglamento del fondo de cohesión. Y que en puridad jurídica, la sanción de vedar el acceso al fondo sólo podría llegar tras el eventual incumplimento del objetivo del 3% a final de 1997; podría ser dictada tres meses después y con carácter automático, por la Comisión. Pero nunca antes, porque los objetivos intermedios, anuales, de los planes de convergencia se establecieron para facilitar tanto la autodisciplina nacional como una vigilancia continuada de la evolución de las finanzas públicas por la Comisión.

Junto a España, los otros países amenazados son Portugal y Grecia, ya que Irlanda, el cuarto país del grupo de la cohesión (los beneficiarios del fondo), es uno de los tres únicos que cumple con los requisitos de Maastricht. El caso de Grecia es el que más irrita, tanto en Bruselas como a los países contribuyentes netos, por cuanto su programa de convergencia aplaza el cumplimiento de los criterios de Maastricht hasta el año 2002, mientras el actual fondo de cohesión llegará a su término en 1999. De modo que si no se fijan las sanciones por los incumplientos anuales, podría darse que Grecia nunca cumpliese y, sin embargo, nunca fuera susceptible de sanción.