La amenaza de un bloqueo británico pende sobre el trabajo de reforma de Maastricht

El debate entre los 15 Estados miembros de la Unión Europea (UE) para la reforma del Tratado de la Unión aprobado en Maastricht empieza formalmente hoy. El Grupo de Reflexión que prepara, bajo la presidencia del español Carlos Westendorp, la Conferencia Intergubernamental de 1996 (CIG), encargada de decidir la revisión del tratado, celebrará en Messina su reunión fundacional. Pero ya antes de que empiece la reflexión el Gobierno británico ha advertido, que bloqueará todo avance de la UE que pretenda hacer más comunes, y por tanto menos nacionales, la política exterior y las de Justicia e Inter...

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El debate entre los 15 Estados miembros de la Unión Europea (UE) para la reforma del Tratado de la Unión aprobado en Maastricht empieza formalmente hoy. El Grupo de Reflexión que prepara, bajo la presidencia del español Carlos Westendorp, la Conferencia Intergubernamental de 1996 (CIG), encargada de decidir la revisión del tratado, celebrará en Messina su reunión fundacional. Pero ya antes de que empiece la reflexión el Gobierno británico ha advertido, que bloqueará todo avance de la UE que pretenda hacer más comunes, y por tanto menos nacionales, la política exterior y las de Justicia e Interior.

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Hasta ahora, las instituciones de Bruselas han sido aparentemente prudentes. Ni la Comisión ni el Parlamento, ni el Tribunal han propuesto nada escandaloso. En sus informes previos al Grupo de Reflexión han propugnado una reescritura del tratado que lo haga más inteligible, una simplificación de los mecanismos de toma de decisiones y un acercamiento de la UE al ciudadano, pero no han pedido directamente aumentar sus propias competencias.Eso sí, reclaman la comunitarización de la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) y de los asuntos de Justicia e Interior (migraciones, drogas, criminalidad) los llamados segundo y tercer pila res de la UE, en los que hasta las decisiones más pequeñas se adoptan con métodos intergubernamentales y no comunitarios, y en que los resultados de Maastricht son escasos, como ejemplifica la guerra en la ex Yugoslavia o la inexistencia, todavía, de una poli cía europea (la proyectada Europol, el FBI comunitario).

Esta pretensión de hacer más comunes lo exterior y las cuestiones de seguridad interna ligadas a la vida ciudadana supone en realidad ampliar no tanto los ámbitos de actuación o los objetivos de la UE -Maastricht los concretó o,esbozó en esos terrenos- sino las políticas concretas y los mecanismos de actuación para. lograrlos. Coherente con el tratado, implica desarrollarlo al máximo. Es una reforma modesta en apariencia, "pero de efectos revolucionarios, ya verá las resistencias de los Gobiernos, manifestó ayer a EL PAÍS el presidente del Parlamento Europeo, Klaus Hänsch.

Alerta 'tory'

Quienes han comprendido más deprisa la naturaleza del envite han sido los, siempre alerta, conservadores británicos. John Major no se ha andado con chiquitas. "Bloquearé cualquier intento de ampliar las competencias comunitarias en los ámbitos intergubernamentales, como Exteriores, Defensa e Interior, y actuaré para reforzar la subsidiariedad, que ya ha permitido reducir la actividad de la Comisión", ha dicho en los Comunes.La cuestión estriba en si Major se quedará solo -en cuyo caso, como dicen altos funcionarios de la Comision, "sólo hay que esperar a que caigan los tories en las elecciones y lleguen los laboristas"- o si estará acompañado. Francia es tradicionalmente circunspecta ante la idea de comunitarizar la política exterior, la droga o el control de fronteras, pero sus flamantes mandatarios, Jacques Chirac y Alain Juppé, aún no se han manifestado desde sus nuevos cargos.

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De momento, los 50 euroescépticos británicos del grupo Fresh Start preparan una ofensiva para convencer a Major de que vaya más lejos en su bloqueo y provoque una crisis sobre la, CIG en la cumbre d e Cannes. No se contentan con la anunciada oposición de Major a todo debilitamiento del poder de veto y a todo aumento de los poderes del Parlamento ni con su propósito de reducir el papel del Tribunal. Pretenden, además, la renacionalización de la política agrícola común y de la pesquera. Dinamita.

Con este ambiente se constituye hoy el Grupo de Reflexión que desbrozará los debates de la CIG mediante un "documento de opciones". Lo forman los representantes personales de los 15 ministros de Exteriores; el comisario de Asuntos Institucionales, Marcelino Oreja, y los dos delegados del Parlamento Europeo, la socialista Elisabeth Guigou, y el democristiano Elmar Blok, bajo la presidencia Westendorp, secretario de Estado español para Asuntos Europeos. Hoy dan el pistoletazo de salida para la reforma del tratado, en Messina: la ciudad siciliana donde hace 40 años se celebró la Conferencia Intergubernamental, que gestó la Comunidad Económica Europea. Todo un símbolo.

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