Un caso de corrupción complica la tarea de Chirac para formar Gobierno

El presidente electo francés, Jacques Chirac, se ha topado con un primer problema para formar gobierno. El hombre a quien pensaba encargar el importantísimo Ministerio de Finanzas, el liberal Alain Madelin, está sujeto a una investigación judicial y corre peligro de procesamiento por financiación irregular del Partido Republicano. Madelin fue el único dirigente conservador no gauilista que se sumó desde el principio a la candidatura de Chirac, y cuenta con verse recompensado.

El nuevo presidente parece tener ya completamente decidido que Alain Juppé será su primer ministro. Pero se encu...

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El presidente electo francés, Jacques Chirac, se ha topado con un primer problema para formar gobierno. El hombre a quien pensaba encargar el importantísimo Ministerio de Finanzas, el liberal Alain Madelin, está sujeto a una investigación judicial y corre peligro de procesamiento por financiación irregular del Partido Republicano. Madelin fue el único dirigente conservador no gauilista que se sumó desde el principio a la candidatura de Chirac, y cuenta con verse recompensado.

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El nuevo presidente parece tener ya completamente decidido que Alain Juppé será su primer ministro. Pero se encuentra ante una disyuntiva en cuanto ala dirección de la economía. Si nombra a Madelin, asume el riesgo de que éste sea procesado al poco tiempo y deba abandonar el Gobierno, manchándolo de corrupción como sucedió por tres veces con el Gabinete de Edouard Balladur. Si deja de lado a Madelin, los conservadores no gaullistas, encuadrados en la coalición Unión para la Democracia Francesa, pueden sentirse arrinconados.Madelin es ministro de la Pequeña Empresa en el ya casi disuelto Gobierno de Balladur, y ha venido preparándose durante los últimos meses para ocupar la cartera de Finanzas. Se trata de un puesto vital para poner en marcha los aún desconocidos proyectos de Chirac, porque ha de preparar un complicadísimo mes de junio: las citas internacionales del nuevo presidente (estabilidad monetaria con el G-7, acceso a la moneda única con la Unión Europea), la reforma del presupuesto con las medidas de, choque contra el desempleo, y el alza de salarios en la reunión anual de la Comisión Nacional para la Negociación Colectiva.

En el arranque de la presidencia chiraquista, el ministro de Finanzas será una pieza fundamental. Más allá, tendrá que ocuparse de las privatizaciones y, sobre todo, de insuflar gas a la economía para crear empleo, al tiempo que mantiene la inflación bajo control. En ese sentido, Madelin es una pieza difícilmente sustituible, porque es el ministro preferido por los empresarios.

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Al margen del dilema Madelin, Chirac ha pedido a Juppé que. incorpore caras nuevas al Gobierno, especialmente jóvenes y mujeres. Dado que Juppé procede del Gabinete Balladur y dado que la mayoría parlamentaria será la misma que sostuvo a Balladur, habrá que hacer hincapié en las incorporaciones y en el rejuvenecimiento gubernamental para evitar que el público identifique a la Administración de Chirac con la que ha cohabitado durante dos años con François Mitterrand.

El otro gran peso pesado del chiraquismo, Philippe Séguin, quedará muy probablemente fuera del Gobierno. Ya dijo antes de la campaña electoral que Chirac debería elegir entre Juppé y él, y que si no le correspondía el cargo de primer ministro, se quedaría "tranquilamente" en su actual presidencia de la Asamblea Nacional.

La dirección de los trabajos parlamentarios tendrá también una gran importancia en los próximos meses, ya que el objetivo de Chirac es hacer aprobar por las dos cámaras un gran número de leyes (entre ellas un presupuesto prácticamente nuevo) en muy poco tiempo. Bernard Pons, gaullista veterano y uno de los Pocos íntimos del nuevo presidente de la República, dijo ayer que no bastaría con prolongar la temporada parlamentaria un par de semanas, hasta el 14 de julio. "Habrá trabajo para la Asamblea Nacional hasta entrado agosto", declaró.

Por otra parte, los mercados respiraron aliviados tras la victoria de Chirac, aunque con prudencia por el dudoso compromiso del nuevo presidente con la moneda única europea y la política del franco fuerte practicada hasta ahora. La confirmación de Alain Juppé como primer ministro, un hombre a favor de la Europa de Maastricht, contribuiría a tranquilizar estos temores y a consolidar las subidas de ayer. En la primera jornada de mercado tras las elecciones, el franco se apreció hasta el máximo de los últimos 10 días. Cotizó a 3,5265 francos por marco para luego estabilizarse, algo más débil, a 3,5365.

La Bolsa de París también reaccionó muy positivamente. Tras los vaivenes de los días previos a las elecciones, el índice CAC-40, que representa a los valores más negociados, subió un espectacular 3,17% hasta quedar a 1.988,67 puntos.

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