Cartas al director

La catedral de Burgos

Esta Semana Santa la he pasado en Burgos. Han sido unos días muy agradables; he visitado casi todos sus bonitos monumentos y, ¡cómo no.!, su catedral, espléndida y maravillosa joya gótica. Me ha dado pena ver en qué estado está. Son muchos siglos de historia los que tienen sus gruesos muros; el Ministerio de Cultura debería protegerlo constantemente.He paseado por el Espolón, bonito paseo formado por raros árboles que juntan sus ramas en la cúpula como si estuvieran tejidos. Su río parte la ciudad en dos; su caudal es pequeño, pero sus aguas limpias y transparentes, con sus orillas de un verde...

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Esta Semana Santa la he pasado en Burgos. Han sido unos días muy agradables; he visitado casi todos sus bonitos monumentos y, ¡cómo no.!, su catedral, espléndida y maravillosa joya gótica. Me ha dado pena ver en qué estado está. Son muchos siglos de historia los que tienen sus gruesos muros; el Ministerio de Cultura debería protegerlo constantemente.He paseado por el Espolón, bonito paseo formado por raros árboles que juntan sus ramas en la cúpula como si estuvieran tejidos. Su río parte la ciudad en dos; su caudal es pequeño, pero sus aguas limpias y transparentes, con sus orillas de un verde esplendoroso.

Las casas con bonitos miradores, las calles limpias..., una ciudad encantadora. Pero un detalle me llamó la atención en la escalinata que sube a la catedral: en su muro derecho existen 10 piedras y en ellas grabados el yugo, y las flechas. A estas alturas es extraño que se mantengan estos signos de un régimen opresor ya pasado, pero lo más chocante es que se haga precisamente en un monumento de tal calibre.-

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