Muere el cineasta luso Antonio Lopes Ribeiro
, El cineasta Antonio Lopes Ribeiro, que influyó profundamente en el cine portugués en los últimos 60 años, falleció el viernes en el hospital de San Lázaro, en Lisboa, a los 86 años. "El cine portugués tiene dos nombres: Manuel de Oliveira y Antonio Lopes Ribeiro", escribía ayer el diario lisboeta El Público, que también le calificaba de "rebelde e iconoclasta respetuoso".Desde los 18 años, Antonio Lopes Ribeiro desempeñó prácticamente todas las tareas que tienen que ver con las artes cinematográficas: actor, director, crítico, divulgador en la televisión, productor (entre otros, de Ma...
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, El cineasta Antonio Lopes Ribeiro, que influyó profundamente en el cine portugués en los últimos 60 años, falleció el viernes en el hospital de San Lázaro, en Lisboa, a los 86 años. "El cine portugués tiene dos nombres: Manuel de Oliveira y Antonio Lopes Ribeiro", escribía ayer el diario lisboeta El Público, que también le calificaba de "rebelde e iconoclasta respetuoso".Desde los 18 años, Antonio Lopes Ribeiro desempeñó prácticamente todas las tareas que tienen que ver con las artes cinematográficas: actor, director, crítico, divulgador en la televisión, productor (entre otros, de Manoel de Oliveira), técnico y traductor, trabajo este que ejerció hasta poco tiempo antes de su muerte.
Nacido en Lisboa en 1908, rodó sus primeras películas experimentales siendo adolescente, y a los 21 años se desplazó a los principales centros de producción mundiales -Barcelona, Berlín, Hollywood y Moscú- para conocer y aprender con los más importantes maestros de la época.
Antonio Lopes Ribeiro no hizo más que vivir para el cine y por el cine. El entonces joven cineasta luso conoció de cerca, entre otros, al padre del cine soviético, Serguéi Eisenstein -que le regaló una cena por su 21º cumpleaños-, así como a René Clair, Fritz Lang, Murnau, Von Stroheim y John Ford.
Pese a que siempre se declaró partidario de la dictadura ultra conservadora de Antonio de Oliveira Salazar, Ribeiro tuvo una admiración sin límites por Eisenstein, y en él se inspiró para realizar varias películas de propaganda del Estado novo portugués, como A revoluçâo de maio, O feitizo do imperio y otros. Asimismo dirigió diversas obras de la comedia portuguesa, como O pai tirano y O patio das cantigas.
"Él admiraba a Salazar y escogió cantar sus alabanzas con el talento que Eisenstein tuvo para cantar a la revolución rusa de 1917", se escribía ayer en El Público. Antonio Lopes Ribeiro siempre rechazó la etiqueta de hombre comprometido políticamente, y afirmó que sólo admiraba "a las personas coherentes y fieles".
Después de la revolución de los claveles, que puso fin a más de cuarenta años de dictadura, declaró: "Admiro a Álvaro Cunhal
[líder del PC portugués], que es fiel a Marx y Lenin, como yo soy fiel a Salazar".