Tom Hanks y 'Forrest Gump' ganan la apuesta

La película de Robert Zemeckis consigue seis 'oscars' y 'Pulp fiction' sólo uno

Se discutirá por años si la 67ª edición de los premios Oscar fue el triunfo de la estupidez y la simpleza o de la sensibilidad, el corazón y la magia. Pero la Academia de Hollywood decidió en la noche del lunes que Forrest Gump forme parte del exclusivo círculo de películas que hacen historia. Con seis galardones, entre ellos los tres más apreciados (película, director e interpretación), la cinta de Robert Zemeckis es una de las 25 más premiadas de todos los tiempos.De esa manera, las cualidades cinemátográficas de Forrest Gump pasan a segundo plano y lo que queda es el fenómeno,...

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Se discutirá por años si la 67ª edición de los premios Oscar fue el triunfo de la estupidez y la simpleza o de la sensibilidad, el corazón y la magia. Pero la Academia de Hollywood decidió en la noche del lunes que Forrest Gump forme parte del exclusivo círculo de películas que hacen historia. Con seis galardones, entre ellos los tres más apreciados (película, director e interpretación), la cinta de Robert Zemeckis es una de las 25 más premiadas de todos los tiempos.De esa manera, las cualidades cinemátográficas de Forrest Gump pasan a segundo plano y lo que queda es el fenómeno, el gumpismo, una forma inocente de ver la vida y una manera dulce de asimilar 40 años difíciles de la historia de Estados Unidos. Eso les gusta a los norteamericanos, que siempre han creído en el cine que permite el triunfo. de sus buenas causas frente a las realidades más atroces. Como Frank Capra les enseñó.

Hoy todos comparten ya en este país la idea de que "la vida es como una caja de chocolates en la que nunca sabes lo que vas a encontrar" y confían, como también predica Forrest, en que "los milagros ocurren todos los días, aunque algunos no crean en ellos".

Al premiar a Forrest Gump, la Academia contradijo a algunos críticos que acusaron a la película de estimular virtudes reaccionarias e incluso de manipular la historia. Hollywood se fijó únicamente en que la película se disfruta al verla, está bien dirigida -oscar para Robert Zemeckis-, bien interpretada -segundo oscar consecutivo para Tom Hanks- y no hace concesiones comerciales que contradigan seriamente su calidad. Pero, sobre todo, la Academia trató de ser consecuente con la actitud, del público, que había elegido ya a Forrest Gump como la película sin ciencia-ficción ni dibujos animados con más éxito en taquilla antes de llegar a los Oscar, más de 300 millones de dólares (38.700 millones de pesetas). Esa cantidad se verá generosamente ampliada con su próximo lanzamiento en vídeo.

La consagración de Forrest Gump obligó a marginar a su gran competidora, Pulp fiction, cuyos méritos fueron, sin embargo, reconocidos con un oscar al mejor guión original para Quentin Tarantino, también director de la cinta.

Muchos pedazos

La Academia trató, en realidad, de guardar un pedazo de la tarta para cada uno de los contendientes: Ed Wood (mejor secundario, Martin Landau, y maquillaje), Speed (sonido y efectos de sonido), Leyendas de pqsión (fotografía), La locura del rey Jorge (dirección artística), Priscilla (vestuario) y El rey león (mejor partitura, de Hans Zimmer, y mejor canción, Can you feel the love tonight?, de Elton John). Y hasta a Woody Allen, por supuesto ausente de la ceremonía, se le reconoció con un oscar para Dianne Weist como mejor actriz secundaria en Balas sobre Broadway. No hubo estatuillas para Robert Redford y su Quiz show ni para Cuatro bodas y un funeral y Cadena perpetua, las grandes perdedoras. La cubana Fresa y chocolate perdió el Oscar a la mejor película extranjera ante la rusa Quemado por el sol, la primera galardonada de esa nacionalidad desde el final del comunismo.

Particularmente justo resultó el premio a Jessica Lange como mejor actriz por su trabajo en una película, Las cosas que nunca mueren, cuyo director, Tony Richardson, murió al poco de terminarla y su estudio quebró antes de que la cinta pudiera ser estrenada.

Lange se quejó del mal lanzamiento de su obra en una ceremonia en la que, en términos generales, no se vivieron momentos memorables ni polémicos. Aparte de algunas quejas contra las iniciativas republicanas, que pretenden suprimir la escasa ayuda oficial al cine, y de los homenajes a glorias como Michelangelo Antonioni, Clint Eastwood y el músico Quincy Jones, las casi cuatro horas de espectáculo resultaron sosas y previsibles. El presentador, David Letterman, estuvo correcto, pero sin la genialidad de sus mejores noches.

La circunstancia mejor pensada fue la elección de Steven Spielberg para entregar el premio a Robert Zemeckis. Zemeckis, de 42 años, reconoció inmediatamente a quien obtuvo ese galardón el año anterior como su valedor y su brújula. Ambos han tenido carreras muy similares. En cierta medida, Forrest Gump era para Zemeckis -que ya había triunfado comercialmente con a serie de Regreso al futuro, ¿Quién engañó a Roger Rabbit? y La muerte os sienta tan bien- lo que La lista de Schindler fue para Spielberg: su consagración en el cine serio. Aunque Zemeckis lo ha querido hacer de otra manera, combinando la seriedad con la técnica que mejor domina, la de los efectos especiales.

Aunque ahora cueste creerlo, durante nueve años Hollywood no creyó en Forrest Gump, porque, como dice Zemeckis, "en la cinta no hay villanos ni bombas a punto de explotar". Fue la persistencia de su productora, Wendy Finnerman, la que consiguió finalmente sacar el proyecto a flote en contra de la opinión de los grandes estudios, que pensaban que el proyecto jamás sería rentable teniendo en cuenta que para su realización eran necesarios 150 escenarios en 11 estados diferentes del país y 12.000 personas involucradas en el rodaje.

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