Un año después de Los Angeles

El mismo día del terremoto en Japón, 500 responsables políticos, geólogos e ingenieros se reunían en Los Ángeles para revisar el grado de preparación de California a la hora de afrontar una catástrofe de este tipo. El encuentro, celebrado un año después del último gran temblor de tierra de Los Ángeles, dedicó una sesión especial a los criterios de construcción de edificios e infraestructuras, para tratar de responder a las preguntas que se hizo en voz alta Richard Andrews, director de la Oficina de Servicios de Emergencia: "¿Qué cambios habría que introducir en las normas para los edificio...

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El mismo día del terremoto en Japón, 500 responsables políticos, geólogos e ingenieros se reunían en Los Ángeles para revisar el grado de preparación de California a la hora de afrontar una catástrofe de este tipo. El encuentro, celebrado un año después del último gran temblor de tierra de Los Ángeles, dedicó una sesión especial a los criterios de construcción de edificios e infraestructuras, para tratar de responder a las preguntas que se hizo en voz alta Richard Andrews, director de la Oficina de Servicios de Emergencia: "¿Qué cambios habría que introducir en las normas para los edificios de estructuras de acero? ¿Cómo pueden repararse los edificios dañados? ¿Qué forma barata, eficaz y sencilla hay para detectar estructuras alteradas después de un terremoto?".Los californianos deben investigar y responder éstas y otras cuestiones, a la luz de los pronósticos de que hay más de un 60% de posibilidades de que un terremoto de magnitud superior a los 7 grados de la escala Richter afecte a la costa oeste de EE UU en los próximos 30 años. El pasado viernes un estudio elevaba esta probabilidad hasta el 85% teniendo en cuenta que hay fallas ocultas. Ya en 1987, el Instituto de Geología y Minas de California estimó que un temblor semejante provocaría 4.400 muertos, 145.000 heridos y daños por valor de seis billones de pesetas.

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Derrumbes

La principal preocupación ante esta eventualidad es la inadecuación de un elevado número de edificios y construcciones. Hace una semana, el Centro de Terremotos del Sur de California advirtió que los edificios de más de 20 plantas construidos con las normas de seguridad actuales se derrumbarían con un fuerte terremoto. En Los Ángeles hay más de 5.000 edificios de ladrillo, y otros 3.000 en San Francisco, hechos antes de 1945 sin, refuerzos de seguridad. California cuenta además con cientos de construcciones de entre 2 y 12 pisos, hechas en los años 50 con estructuras que se han quedado anticuadas. Según, la Comisión de Seguridad Sísmica, "un terremoto comparable al que destruyó San Francisco en 1906 volverá a tener lugar antes de que California haya reducido significativamente los riesgos".

Los expertos reunidos en Los Ángeles pidieron a Pete Wilson, gobernador del Estado, la actualización de las normas de seguridad en los edificios antes del año 2000 y el refuerzo de las estructuras de los centros escolares.

La atención de los expertos norteamericanos se dirige ahora hacia Kobe, una ciudad, como San Francisco y Los Ángeles, situada entre el mar y las montañas, y donde el temblor ha destruído edificios teóricamente preparados para resistir. Independientemente de las técnicas, cobra fuerza la afirmación contenida en el último número de Science: "Incluso las estructuras mejor construidas, aquellas a prueba de terremotos, pueden ser más vulnerables de lo que parecen".

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