Un apartado para ella sola

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Aunque el mecanismo básico de las supernovas debe ser similar en todas ellas, se han identificado suficientes diferencias en su comportamiento como para tener que clasificarlas en varios tipos. Y también en ésto SN1993J adquiere una importancia científica singular, puesto que sus características (la curva de evolución de la luz emitida y los elementos identificados en ella) han obligado a los astrónomos a abrir un nuevo apartado de supernovas el tipo IIb.Tan diferentes pueden ser las supernovas, que la más célebre de los últimos años, 1987A, que explotó en la Gran Nube de Magallanes, galaxia vecina de la Vía Lactea, apenas se detectó radioemisión en su fogonazo inicial y ésta no se hizo patente hasta pasados dos años, mientras que en 1993J, las ondas radio eran claras dos semanas después de la explosión.En el caso de 1987A, la estrella progenitora era diferente -una gigante azul-, y no había viento estelar a su alrededor.

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Además, la observación de esta supernova ha permitido ajustar la estimación de la distancia a la galaxia M81, obteniendo un valor muy similar al medido con el Telescopio Espacial HubbIe.

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