Cartas al director

Sorpresa

Del artículo del pasado 1 de diciembre, Y tan pancho, de Arcadi Espada, me sorprende la descalificación global del firmante a la actitud sincera de aquellos intelectuales catalanes que se manifiestan en defensa de los legítimos derechos que, como ciudadanos de Cataluña, consideran irrenunciables.Así, el intelectual que se muestra favorable al reconocimiento de la lengua catalana o de cualquier característica configuradora de la realidad actual de Cataluña es considerado como pobre víctima de la clase política que todo lo amaña a su antojo y a su gusto. En cambio, el que no se pronuncia ...

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Del artículo del pasado 1 de diciembre, Y tan pancho, de Arcadi Espada, me sorprende la descalificación global del firmante a la actitud sincera de aquellos intelectuales catalanes que se manifiestan en defensa de los legítimos derechos que, como ciudadanos de Cataluña, consideran irrenunciables.Así, el intelectual que se muestra favorable al reconocimiento de la lengua catalana o de cualquier característica configuradora de la realidad actual de Cataluña es considerado como pobre víctima de la clase política que todo lo amaña a su antojo y a su gusto. En cambio, el que no se pronuncia -o el que se maniflesta contrario-, éste y sólo éste es un intelectual íntegro que reabre esperanzas. Y, por supuesto, la patente de la modernidad es para este último.

Creo que el planteamiento no es válido. La mayor parte de los intelectuales catalanes han tenido una integridad ejemplar en la defensa de nuestros derechos, siempre impugnados, y de nuestra realidad, constantemente amenazada.

Es cierto que en nombre de la democracia nadie debe negar el debido respeto a aquellos que se quedan detrás de la barrera, a los que callan, y a los que siempre otorgan y dan la razón al fuerte. Pero merecen un respeto muy superior aquellos que, antes y ahora, siguen estando a favor de su país, denuncian las agresiones que le amenazan y mantienen su fidelidad a una cultura que históricamente ha ido superando infinidad de dificultades -por falta de libertad- para alcanzar su pleno desarrollo.-

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