Crítica:

Un vals que sí importa

Los Ballets de MontecarloLa Valse (1951): Maurice Ravel; Los cuatro temperamentos (1946): Paul Hindemith; Who cares? (1970): George Gershwin / Hershy Kay. Salle Garnier, Montecarlo. 1 de enero.

Ocasión de lujo en Montecarlo con los tres programas de la temporada de Navidad, que se extendió hasta ayer día 2 con La Valse vestida con los trajes de Karinska; Los cuatro temperamentos montados rigurosamente por Patricia Neary, síntesis y visión del futuro; y, para terminar, Who cares?, juego de arte pop que no elude el arquetipo, sin...

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Los Ballets de MontecarloLa Valse (1951): Maurice Ravel; Los cuatro temperamentos (1946): Paul Hindemith; Who cares? (1970): George Gershwin / Hershy Kay. Salle Garnier, Montecarlo. 1 de enero.

Ocasión de lujo en Montecarlo con los tres programas de la temporada de Navidad, que se extendió hasta ayer día 2 con La Valse vestida con los trajes de Karinska; Los cuatro temperamentos montados rigurosamente por Patricia Neary, síntesis y visión del futuro; y, para terminar, Who cares?, juego de arte pop que no elude el arquetipo, sino que lo recrea con humor y desenvoltura.

A pesar de haber éstado.muy influido por el gusto de la Quinta Avenida de Marifiattan, por los escaparátes.del glamour y las fotos de Cecil'Beaton, Balanchine no se dejó a rirastrar por esa ola, la supo usufructuar en obras como La Valse, pieza extraordinaria, poco vista en Europa y de gran importancia dentro del corpus balanchiniano, donde hay auto-recreaciones como el cuarteto del séptimo vals, evocador en mucho a Apollo Musageta.

Karin von Aroldingen ha repuesto La Valse con mimo y sugerentes aciertos, como incluir al venal Gaétan Morlotti en el papel de ese Mephisto que seduce, mientras Paola Cantalupo hace una verdadera creación de la mujer de blanco, llena de pasión hasta anticipar esa tragedia que ya está en la partitura de Ravel, acompañada gentilmente por Fnncesco Nappa, que aúna buen baile a la pasión interpretativa. La magnitud y densidad del ritmo de la danza en La Valse hacen pensar en el poema: homónimo de Vicente Aleixandre, donde también hay una sombra de fatal desenlace en dejarse arrastrar por la. cadencia.

En Who cares? Balanchine lleva al extremo el juego de meter el baile académico dentro del estilo popular y de cabaret. Paradójicamente, La Valse es más atrevido y moderno que Who cares? El coreógrafo versaba sobre sus genes de escuela ruso-italiana, y como Picasso con Las Meninas se dispuso a redibujar las mil combinaciones de Petipa e Ivanov que bien conocía y supo reducir a su urgencia creativa.

En Who cares? se reconocen frases enteras de otros ballets históricos, sólo variadas en las poses finales, relajadas. y coloquiales. Notable el virtuosismo seguro de la rusa Ksenia Kastalskaia, con puntas de acero. Por su parte, Juan Carlos Gil, hizo un temperamento Melancólico correctísimo e inspirado, acompañado por la única española de la compañía, Lara María Fernández. Los Ballets de Montecarlo actuarán en el Teatro Principal de Valencia del 6 al 8 de enero.

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