Una iniciativa de Melina Mercuri
Los 10 Estados miembros de la Comunidad (ni Portugal ni España habían interesado entonces) decidieron, el 5 de junio de 1985, elegir todos los años una ciudad europea como capital cultural de Europa. Esta iniciativa fue presentada por la entonces ministra griega de Cultura, la cantante Melina Mercuri. Atenas fue la primera ciudad europea en desempeñar este título. Salvo Luxemburgo y Dinamarca, 10 ciudades del resto de los Estados miembros han ejercido esta capitalidad. La capital danesa, Copenhague, será la encargada de ejercer este título en 1996, cerrando de esta manera la lista de los actua...
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Los 10 Estados miembros de la Comunidad (ni Portugal ni España habían interesado entonces) decidieron, el 5 de junio de 1985, elegir todos los años una ciudad europea como capital cultural de Europa. Esta iniciativa fue presentada por la entonces ministra griega de Cultura, la cantante Melina Mercuri. Atenas fue la primera ciudad europea en desempeñar este título. Salvo Luxemburgo y Dinamarca, 10 ciudades del resto de los Estados miembros han ejercido esta capitalidad. La capital danesa, Copenhague, será la encargada de ejercer este título en 1996, cerrando de esta manera la lista de los actuales 12 Estados miembros de la UE. Con la ampliación, en enero, de la UE a Austria, Suecia,y Finlandia, los quince deberán elegir las capitales culturales del año para después de 1996, que recaerán en ciudades de estos tres nuevos Estados miembros. Luxemburgo, que ya es una de- las tres capitales institucionales de Europa -junto con Bruselas y Estrasburgo-, se distingue de las ciudades que la han precedido por no ejercer el título de capital, sino el de "ciudad europea de la cultura", y por asociar el conjunto del país, así como ciudades de países vecinos al acontecimiento.Las ciudades europeas que han desempeñado esta capitalidad son Atenas, Florencia, Amsterdam, Berlín, París, Glasgow, Dublín, Madrid, Amberes y Lisboa. El Año Europeo de la Cultura supone una ocasión para los Estados miembros de rehabilitar las infraestructuras culturales.