Delors compara el eventual veto español a la ampliación con una toma de rehenes

España está en el ojo del huracán. Deberá hacer un esfuerzo excepcional si quiere que su advertencia de que no ratificará la ampliación nórdica (Austria, Finlanda, Suecia) a menos que se apruebe su inmediato ingreso en la Política Común de Pesca (PCP) no se confunda con un chantaje. Jacques Delors ya lo sugirió ayer. Esta polémica amenaza con enturbiar la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) que se abre mañana en Essen (Alemania) y con perjudicar la imagen de España.

En respuesta a una pregunta Delors englobó la advertencia española entre las posiciones que "...

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España está en el ojo del huracán. Deberá hacer un esfuerzo excepcional si quiere que su advertencia de que no ratificará la ampliación nórdica (Austria, Finlanda, Suecia) a menos que se apruebe su inmediato ingreso en la Política Común de Pesca (PCP) no se confunda con un chantaje. Jacques Delors ya lo sugirió ayer. Esta polémica amenaza con enturbiar la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) que se abre mañana en Essen (Alemania) y con perjudicar la imagen de España.

En respuesta a una pregunta Delors englobó la advertencia española entre las posiciones que "yo definiría como una toma de rehenes" por las que "un Gobierno dice que no aprueba un punto si no se resuelve antes otro que le interesa particularmente". Y añadió que "nunca había visto tantas tomas de rehenes como ahora", que "constituyen la prueba de la degradación del clima en la UE".Al recordársele que no es España quien incumple lo pactado sobre este asunto -al negociar la adhesión de España en 1985 se acordó su ingreso en la PCP para el año 2003, pero en marzo pasado se adelantó a 1996, lo que debe aplicarse antes de fin de año-, sino quienes obstaculizan su ingreso en la PCP (Irlanda y Reino Unido, sobre todo), dio marcha atrás, sin concretar culpables: "Lo que fue prometido debe ser mantenido".

Esta escaramuza explica el ambiente ante la cumbre de Essen: si España retrasa el depósito del instrumento de ratificación, previsto para final de año, se la responsabilizará del fracaso de la cuarta ampliación de la UE. Y ello, justo cuando se pone en Essen "la piedra angular", en expresión del comí isario Leon Brittan, del proceso de preadhesión del Este.

Acuerdo parlamentario

Tanto el presidente del Gobierno, Felipe González, como el líder del PP, José María Áznar, tendrán que batirse el cobre: Ia posición española figura como acuerdo del Congreso del 4 de octubre. Aznar tiene hoy su oportunidad, cuando se reúna con el canciller Kohl y sus colegas del PPE en Bruselas. González escribió el pasado día 29 una carta al canciller y presidente semestral de la UE, recordándole que la decisión parlamentaria es "inequívoca", fue tomada "por unanimidad" y que la cumplirá.

El asunto está en el orden del día del Consejo de Pesca de los días 19 y 20, pero no en el de Essen. Si nadie lo suscita en la ciudad alemana, probablemente González, más que pedir una recomendación, recuerde taxativamente el acuerdo firmado por los Doce el pasado mes de marzo por el Consejo de Asuntos Generales de la Unión.

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La conclusión decía: "La plena integración en el régimen general de la PCP" de España y Portugal "se realizará de acuerdo" con las conclusiones del Consejo de 24 de junio de 1993. Allí se "alentó" la "integración de los dos Estados a las reglas generales" pesqueras con efectos desde el 1 de enero de 1996. Y ya en las conclusiones de marzo España introdujo una declaración advirtiendo que la ampliación quedaría "sujeta" a la cuestión pesquera. "Los pactos deben ser cumplidos", insisten los diplomáticos españoles, retornando la segunda frase de Delors.

La integración a la PCP no es un problema fundamentalmente económico -versa sobre el control de las capturas y el acceso a determinados caladeros- sino de principio. No es lógico que los países de la cuarta ampliación (la nórdica) entren antes en una política comunitaria, la PCP, que los de la tercera (España 37 Portugal) y "debernos exigir que se cumpla lo pactado, porque quien en la UE deja caer lo conseguido, a los dos días deja de ser respetado", afirma la diplomacia española.

Una foto con los 'pecos'

La imagen de la cumbre de Essen llegará al mediodía del sábado, cuando los Doce -más Austria, Finlandia y Suecia- compartan mesa y luego mantel con los mandatarios de los seis pecos, los países de Europa Central y del Este: Polonia, Hungría, República Checa, Rumania y Bulgaria. Debatirán cuatro horas.Antes, los Doce aprobarán el documento que consagra la estrategia de preadhesión de estos países asociados a la UE. Ésta abarca lo político, el "diálogo estructurado" -asistencia a distintos consejos europeos- y lo económico: "a partir de 1997, tendremos una zona de libre cambio industrial completa" augura Leon Brittan. Junto al Este, se bendecirá el documento Marín del Mediterráneo: aumento de la ayuda, diálogo político, perspectiva de una zona de libre cambio a largo plazo. Pero ni para el Este ni para el Sur se concretarán aún las cifras de ayudas.

La atención económica se centrará en las políticas de fomento de¡ empleo (ver EL PAÍS de ayer) y las grandes redes transeuropeas de transporte, escasamente cuantificadas. "Los 14 proyectos prioritarios pueden empezarse antes del final de 1996" auguró ayer Delors.

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