Miles de campesinos colombianos protestan contra la erradicación de cultivos de coca

Miles de campesinos participan en la concentración iniciada hace cinco días en la localidad de Miraflores, en el sur de Colombia, para protestar contra la operación Comegen de erradicación de plantaciones de coca desarrollada por la policía antinarcóticos en el Guaviare, la región donde se concentran 29.000 de las 40.000 hectáreas de estos cultivos ilegales."Votamos por Samper no por la DEA", "Glifósato + DEA = muerte", son algunas de las consignas levantadas por los campesinos que han utilizado hasta el lomo de las vacas para hacer sus pintadas, en las que denuncian la intervención de pilotos...

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Miles de campesinos participan en la concentración iniciada hace cinco días en la localidad de Miraflores, en el sur de Colombia, para protestar contra la operación Comegen de erradicación de plantaciones de coca desarrollada por la policía antinarcóticos en el Guaviare, la región donde se concentran 29.000 de las 40.000 hectáreas de estos cultivos ilegales."Votamos por Samper no por la DEA", "Glifósato + DEA = muerte", son algunas de las consignas levantadas por los campesinos que han utilizado hasta el lomo de las vacas para hacer sus pintadas, en las que denuncian la intervención de pilotos y aviones de la agencia antidrogas de los Estados Unidos contra las plantaciones que constituyen su casi única alternativa de supervivencia.

El Gobierno negó ayer las versiones sobre la supuesta intervención extranjera y dijo que la meta en la lucha antidrogas es desmantelar los cultivos ilícitos y los laboratorios del Guaviare donde, según cálculos oficiales, se producen anualmente 120 toneladas de base de coca y 96 toneladas de cocaína.

En los últimos días han crecido los rumores sobre la aplicación del Venpal, un herbicida no autorizado para la fumigación de estos cultivos cuyos efectos en la salud humana, particularmente en la vista, serían más nocivos que los del Glifosato, permitido desde 1984 cuando se usó en la Sierra Nevada de Santa Marta para quemar 4.700 hectáreas de marihuana. Labriegos y ambientalistas se oponen también a la fumigación aérea por sus secuelas en la naturaleza.

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