Crítica:MÚSICA: FESTIVAL DE JAZZ

Terriblemente solo

El concierto de Wallace Roney era uno de los pocos reflejos que ofrecía el cartel del festival madrileño de la por todos admitida feliz revitalización del jazz acústico, fiel a su historia y conocedor de su filosofía.El trompetista, tercer eslabón de la carrera iniciada por Wynton Marsalis (cabeza visible y pensante de la operación) y continuada por Terence Blanchard (autor de varias bandas sonoras de películas de Spike Lee), ha sido considerado el más radical seguidor de Miles Davis. Roney parece decidido a definir el largo trecho que media entre el plagiar a, exclusivo de los impostor...

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El concierto de Wallace Roney era uno de los pocos reflejos que ofrecía el cartel del festival madrileño de la por todos admitida feliz revitalización del jazz acústico, fiel a su historia y conocedor de su filosofía.El trompetista, tercer eslabón de la carrera iniciada por Wynton Marsalis (cabeza visible y pensante de la operación) y continuada por Terence Blanchard (autor de varias bandas sonoras de películas de Spike Lee), ha sido considerado el más radical seguidor de Miles Davis. Roney parece decidido a definir el largo trecho que media entre el plagiar a, exclusivo de los impostores y el inspirarse en, que afecta a todo artista.

Nadie duda que su filosofía se basa por completo en premisas milesianas, pero también es evidente que su sonido es más académico y el dramatismo de su fraseo resulta menos incisivo.

Wallace Roney Quintet

Wallace Roney (trompeta), Antoine Roney (saxo tenor), Anthony Wonsay (piano), Clarence Seay (contrabajo) y Eric Allen (batería). Festival de Jazz. Círculo de Bellas Artes. Madrid, 29 de octubre.

Mistérios, primer producto de su recién estrenada etapa, rompe drásticamente con el pasado. El repertorio, basado tanto en enjundiosas piezas de Astor Piazzolla y Pat Metheny como en canciones populares de los Beatles y Dolly Parton, es el primer síntoma de la pequeña revolución interna que Roney se vio obligado a exponer en Madrid casi en solitario, desasistido por sus compañeros y seriamente afectados por los elementos.

Su hermano Antoine es, de momento, un principiante con aspiraciones a engrosar el montón de seguidores superficiales de John Coltrane, y el batería Eric Allen parece un condenado a galeras que bracea con denuedo aunque sin patrón que le azuce. Por los resquicios que dejó una sonorización canalla, se comprobó que Anthony Wonsay está dotado para progresar y que el contrabajista Clarence Seay toca ya aceptablemente.

Un arreglo algo tenebroso de Michelle, una adaptación para quinteto de Café, de Egberto Gismonti, y clásicos del jazz como What's new, Tenor madness y Well you needn't dejaron atisbar lo que hubiera podido resultar con la anunciada pianista Geri Allen.

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