Crítica:CINE: 'MÁXIMA POTENCIA'

Triple catástrofe

A raíz de la crisis del petróleo de 1973 comienzan a rodarse unas tan irregulares como aparatosas producciones de catástrofes, que se extienden a lo largo de toda la década. Ahora, con la nueva crisis que han traído los años noventa, el subgénero ha resurgido de sus calientes cenizas, pero con la no table diferencia que las catástrofes no son naturales, sino obra de uno o varios astutos criminales. Mientras películas como Speed, en la medida que narra una triple catástrofe, no sólo se sitúan a su cabeza, sino que al igual que ocurre en los mejores circos, ' están hechas se gún el esquem...

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A raíz de la crisis del petróleo de 1973 comienzan a rodarse unas tan irregulares como aparatosas producciones de catástrofes, que se extienden a lo largo de toda la década. Ahora, con la nueva crisis que han traído los años noventa, el subgénero ha resurgido de sus calientes cenizas, pero con la no table diferencia que las catástrofes no son naturales, sino obra de uno o varios astutos criminales. Mientras películas como Speed, en la medida que narra una triple catástrofe, no sólo se sitúan a su cabeza, sino que al igual que ocurre en los mejores circos, ' están hechas se gún el esquema "más difícil todavía".Siguiendo las más elementales normas del cine Speed narra el irreal y disparatado enfrentamiento entre un bueno, buenísimo, el hierático Keanu Reeves, y un malo, malísimo, el veterano actor, guionista y realizador Dennis Hopper. No obstante, en un derroche de efectos especiales y de dólares, lo hacen a lo largo de un triple frente, pero con un exagerado y auténtico despilfarro de medios.

Speed

Director: Jan De Bont. Estados Unidos, 1994. Intérpretes: Keanu Reeves, Dennis Hopper, Sandra Bullock. Estreno en Madrid: Palacio de la Música, Amaya, Tívoli, Juan de Austria, Aluche, Albufera, Colombia, Liceo, Ideal (versión original subtitulada).

Primero el maléfico terrorista destroza los ascensores de un rascacielos, luego un autobús y por último un convoy del metro. Debido al arrojo del policía -que obstinadamente- le persigue apenas hay víctimas. Sin embargo, los destrozos ocasionados en el rascacielos, la autopista y el aeropuerto por donde pasa el autobús y en buena parte de la línea de metro, deben ser muy superiores a los menos de tres millones de dólares que exige el terrorista por no cometer sus terribles acciones.

Realizada por el eficaz director de fotografía Jan DeBont, especializado en estas catastróficas películas, parece haber comprendido que la la bor del realizador de estas producciones se limita a convertir se en intermediario entre el equipo de producción y el de fotografia.Por lo que el resultado es una dura película de pura acción, que literalmente no da un respiro al espectador, pero que puede llegar a aburrirle. Nada más empezar se comprende que va a ser igual a sí misma hasta el final.

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