La aplicación concreta

El Ayuntamiento de Leganés (175.000 habitantes) se convertía hace cinco años en uno de los pioneros en asumir los programas de prestación social sustitutoria para objetores. Los programas iniciales de protección civil y de la naturaleza se han ido incrementando hasta llegar a los seis actuales. En total, según la delegación de juventud, por ellos han pasado 224 jóvenes, de los que 153 han concluido ya los 13 meses de prestación y 71 aún están en activo. Globalmente, el Ayuntamiento de Leganés tiene disponibles 82 plazas para objetores (es decir, ahora hay 11 libres que Justicia aún no ha cubie...

El Ayuntamiento de Leganés (175.000 habitantes) se convertía hace cinco años en uno de los pioneros en asumir los programas de prestación social sustitutoria para objetores. Los programas iniciales de protección civil y de la naturaleza se han ido incrementando hasta llegar a los seis actuales. En total, según la delegación de juventud, por ellos han pasado 224 jóvenes, de los que 153 han concluido ya los 13 meses de prestación y 71 aún están en activo. Globalmente, el Ayuntamiento de Leganés tiene disponibles 82 plazas para objetores (es decir, ahora hay 11 libres que Justicia aún no ha cubierto). Las 82 plazas se distribuyen así: 36 en Protección Civil, 16 en bibliotecas municipales 12 en programas medioambientales, 8 en alfabetización de adultos en la Universidad Popular, 5 para la tercera edad y 5 en la Escuela Municipal de Música. Una de las últimas áreas en incorporar objetores ha sido la que trabaja con ancianos del municipio. Actualmente, uno de ellos ofrece dos días a la semana clases de gimnasia a los ancianos del Centro Cultural Rigoberta Menchú y otro con el grupo de teatro del barrio de Vereda de los Estudiantes, a los que ha ayudado a preparar la semana cultural que concluye este domingo 26. En proyecto está también la realización de un taller de medio ambiente. El objetor que ha elaborado este programa ha trabajado tanto en la recuperación de zonas verdes como el reciclamiento y estudio de plantas medicinales. Uno de los últimos en incorporarse ha sido un ingeniero forestal, que tiene la idea de proyectar un taller de cultivo de invernadero con los mayores.

Al margen del programa de tercera edad, otro de los más atractivos es el que se desarrolla en la Universidad Popular de Leganés (UPL), donde acaban de terminar dos jóvenes y se están incorporando seis más. De los que han acabado, José Manuel, un diplomado en enfermería, preparó varios monográficos y charlas sobre nutrición y primeros auxilios. Entre los nuevos, que aprenden en primer lugar el manejo de los ordenadores de la Universidad Popular, figuran un licenciado en Matemáticas, un psicólogo y un estudiante de Ciencias Políticas. El matemático, que trabaja en un instituto de Leganés, prepara para el próximo curso juegos destinados a que los alumnos de alfabetización puedan entender más fácilmente el "complicado mundo de los números".

Según el alcalde, José Luis Pérez Ráez (PSOE), los objetores desarrollan un trabajo social y de apoyo a las concejalías, sin que en ningún caso se estén cubriendo puestos de trabajo.

Pablo M. J., un licenciado de 27 años, es uno de los objetores del programa de bibliotecas, al que llegó hace dos meses, después de dos años y medio esperando a que se le reclamase para la prestación. Está bastante satisfecho de su trabajo en la sección infantil y reconoce que le puede servir en un futuro, porque ha descubierto nuevas perspectivas profesionales. "Hago un poco de todo, lo que es más sencillo, desde colocar libros, ayudar en el servicio de préstamo o llamar a los chicos que hace mucho tiempo que se han llevado un libro". Sin embargo, para otros objetores de Leganés, la PSS sigue siendo una carga difícil de llevar. "Es como hacer la mili de paisano", dice un joven. Al margen de los programas de prestación social, el Ayuntamiento remite información escrita cada año, cuando se inicia el periodo de reclutamiento, a los jóvenes que deberían incorporarse al servicio militar.

Según el alcalde, sería necesario incrementar el número de plazas de la PSS para evitar que se genere la "picaresca" de que los jóvenes se apunten a la Oficina de Objeción con la esperanza de que no les llamen.