Amenaza de muerte a abonados del 7

El Rosco ha enmudecido. Ayer expresó su protesta en silencio, abandonando la plaza en el sexto toro. Decenas de personas le siguieron. Faustino Herranz, El Rosco, es ese abonado del tendido alto del 7, que, con voz ronca y en pie, denunciaba hasta el pasado lunes lo que le parecía mal. Desde entonces calla. Ha sido, como otros dos abonados más, amenazado de muerte.Faustino Herranz tiene miedo porque, hace dos anos, se cumplieron las amenazas sobre Salvador Valverde. "Le salvó la vida el que el perro de una vecina comenzara a ladrar. Entonces sus agresores salieron corriendo, pero...

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El Rosco ha enmudecido. Ayer expresó su protesta en silencio, abandonando la plaza en el sexto toro. Decenas de personas le siguieron. Faustino Herranz, El Rosco, es ese abonado del tendido alto del 7, que, con voz ronca y en pie, denunciaba hasta el pasado lunes lo que le parecía mal. Desde entonces calla. Ha sido, como otros dos abonados más, amenazado de muerte.Faustino Herranz tiene miedo porque, hace dos anos, se cumplieron las amenazas sobre Salvador Valverde. "Le salvó la vida el que el perro de una vecina comenzara a ladrar. Entonces sus agresores salieron corriendo, pero ya le habían abierto la cabeza golpeándole con bates de béisbol. Tuvieron que darle 17 puntos de sutura", recuerda. En la denuncia figura que los agresores tenían aspecto de sudamericanos.Lo que ha hecho temblar al Rosco es que la nota que le dejaron el lunes en su coche: "Estás sentenciado por protestar. Muerte a los del 7". Está firmada por "los sudacas". "Saben dónde vivo, porque tenía el coche aparcado en mi casa, y eso significa que me controlan. Hasta ahora sólo eran llamadas telefónicas en la madrugada. Esta gente sabe demasiado y nos tiene identificados a todos. Su organización hace pensar de que se trata de una mafia".

Pedro Chacón y José Luis Pontones son otros dos aficionados del 7 que también reciben regularmente amenazas por teléfono. El popular Camilo, el abonado de pelo blanco que hasta dos años hacía escuchar su voz desde el tendido, asímismo ha enmudecido. "Dejó de ir a la plaza, porque no podía vivir en paz. Llegó a encerrarse en casa y sus propios vecinos se alarmaron ante las amenazas que recibía", cuenta Faustino.

Todos estos hechos pasados fueron denunciados, y conocidos incluso por José Luis Corcuera cuando, como ministro del Interior, elaboraba el nuevo reglamento. Ahora se van a denunciar nuevamente, aunque Faustino Herranz no tiene esperanza alguna: "Nos dirán lo de siempre, que las llamadas son ilocalizables porque se hacen desde cabinas. Pero mientras, ¿cómo logra esta mafia saber todos nuestros datos?"

El Rosco, aficionado de siempre a la fiesta, teme que "silenciando al 7, Las Ventas pueda acabar siendo una plaza más, donde se admitan toros inválidos". Sin embargo, mantiene la esperanza: "Escuché al delegado del Gobierno, Lope Huerta, decir en una tertulia que lo primero es la afición, lo segundo el toro y lo tercero el torero, y que el toro es el que pone a cada uno en su sitio".

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