Los cirujanos de cadera reclaman más ensayos clínicos antes de comercializar nuevas prótesis

La vida media de los dispositivos artificiales es de 15 a 20 años

La cirugía reconstructiva de cadera lleva practicándose desde la década de los sesenta con un alto porcentaje de éxito en personas mayores de 65 años. A Juan Pablo II le ha sido implantada una prótesis hace 15 días. Pero cuando más recientemente ha empezado a implantarse en pacientes jóvenes, más activos, han surgido problemas de eficacia. Los especialistas critican que a menudo se quieran dar por válidas alternativas que no han sido ensayadas suficientemente. "¿Dónde estará la verdad?", se preguntan. "Dentro de cinco años veremos si la técnica es tan buena como se dice".

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La cirugía reconstructiva de cadera lleva practicándose desde la década de los sesenta con un alto porcentaje de éxito en personas mayores de 65 años. A Juan Pablo II le ha sido implantada una prótesis hace 15 días. Pero cuando más recientemente ha empezado a implantarse en pacientes jóvenes, más activos, han surgido problemas de eficacia. Los especialistas critican que a menudo se quieran dar por válidas alternativas que no han sido ensayadas suficientemente. "¿Dónde estará la verdad?", se preguntan. "Dentro de cinco años veremos si la técnica es tan buena como se dice".

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Los asistentes al III Congreso internacional de Cirugía Reconstructiva de Cadera, celebrado recientemente en la Universidad Autónoma de Madrid, comentaron con cierta ironía la seguridad que muestran algunos expertos internacionales al presentar sus avances. Las discusiones se centraron sobre si para fijar la prótesis es mejor utilizar cemento (lo tradicional) u otras alternativas, así como sobre qué materiales se desgastan menos por el roce en la articulación.Una prótesis de cadera consiste básicamente en una pieza redondeada, fija en la pelvis, articulada con otra de forma alargada llamada vástago que se introduce dentro del fémur. Es una solución para personas con artrosis -generalmente mayores de 65 años- o procesos inflamatorios generalizados crónicos como la artritis reumatoide, que también se da en jóvenes.

Más de 300.000 personas llevan hoy estos dispositivos, cuya vida media es de entre 15 y 20 años, pero en ocasiones, sobre todo en pacientes de mediana edad, hay que volver a intervenir a los cuatro o cinco años.

Practicar deporte

"El riesgo en jóvenes es mayor porque usan la prótesis más intensamente, y hay muchos que lo que quieren es volver a hacer deporte. Esto no está previsto, claro", dice Luis Munuera, director del congreso y cirujano en el hospital La Paz de Madrid. El dolor en el muslo o los defectos en la marcha pueden hacer sospechar que algo no va bien; en las radiografías se detecta si hay problemas en la fijación o si el desgaste de los materiales ha producido pequeñas partículas (menores que una milésima de milímetro) que dan lugar a la osteolisis, la destrucción progresiva del hueso."A muy largo plazo puede haber también pérdida de densidad ósea, por el mismo proceso que sufren, por ejemplo, los astronautas. Como el vástago es mucho más rígido, la fuerza al apoyarse se transmite por él; el hueso deja de ser estimulado mecánicamente y entonces se atrofia", explica Munuera.

Juicio difícil "a la vista de los problemas", señala Cristina Doyle, ingeniera en el Reino Unido de la firma comercializadora de prótesis Howmedica, International. "Mucha gente, está experimentando con materiales distintos a los que empezaron a usarse en un principio, pero es muy difícil juzgar si son buenos. Cada uno dirá que lo suyo es mejor, pero, en realidad, cuando se ensaya: algo nuevo el este campo sólo después de diez años se puede hablar de resultados. Aunque lento, es muy necesario, y no se está haciendo así".

"De repente", continúa, "el polietileno, el plástico especial que había venido empleándose en la articulación, se ha convertido en el malo de la película porque causa osteolisis, y se habla, por ejemplo, de usar cerámicas. Doyle lamenta "que se haga soñar al enfermo con avances inmediatos" y reclama más estudios comparativos entre diferentes implantes, advirtiendo que, de todas formas, "lo principal es siempre el cirujano; dependiendo de él, una misma prótesis puede dar resultados opuestos".

"Creo que es muy importante saber también qué beneficios para la vida diaria obtienen los pacientes", señala Munuera. "Nosotros hacemos una valoración física; hay escalas fijadas para los parámetros de movilidad, marcha... En otras especialidades, en las tablas se incluye además el factor 'calidad recibida por el paciente, porque, en realidad, no sabemos si ellos reciben de nosotros lo que creemos. A ellos les importa saber si pueden subir las escaleras sin agarrarse a la barandilla. Deberíamos hacer estudios a largo plazo, físicos y de percepción de la calidad de vida".

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