Científicos estadounidenses logran convertir a ratones de laboratorio en fábricas de anticuerpos humanos

Los intentos de diseñar terapias para el sistema inmune humano han resultado hasta ahora dificultados por la imposibilidad de imitar el comportamiento de los anticuerpos humanos en condiciones de laboratorio. Ahora, sin embargo, se han conseguido respuestas inmunes idénticas a las humanas en ratones de laboratorio. El sistema inmune es suficientemente sensible para reconocer anticuerpos de ratones como cuerpos extraños si se utilizan en terapia por lo que es necesario engañarle.Nils Loriberg y su equipo dé la empresa GenPharm, de California, describen en la revista Nature una vía para e...

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Los intentos de diseñar terapias para el sistema inmune humano han resultado hasta ahora dificultados por la imposibilidad de imitar el comportamiento de los anticuerpos humanos en condiciones de laboratorio. Ahora, sin embargo, se han conseguido respuestas inmunes idénticas a las humanas en ratones de laboratorio. El sistema inmune es suficientemente sensible para reconocer anticuerpos de ratones como cuerpos extraños si se utilizan en terapia por lo que es necesario engañarle.Nils Loriberg y su equipo dé la empresa GenPharm, de California, describen en la revista Nature una vía para engañar al sistema inmune humano, que tiene importantes implicaciones para el futuro de la terapia humana.

Loriberg ha creado una variedad de ratones modificados por ingeniería genética capaces de producir anticuerpos humanos. Lo ha conseguido transponiendo partes de genes de anticuerpos humanos en embriones de ratones cuyos genes de anticuerpos son defectivos. El resultado son ratones que producen anticuerpos que de hecho son humanos.

Este nuevo avance tecnológico significa que ahora es posible sintetizar anticuerpos que pueden buscar y atacar antígenos humanos concretos -las sustancias que estimulan el sistema inmune para dar una respuesta-. Los anticuerpos pueden resultar útiles en el diagnóstico y terapia del cáncer, las enfermedades infecciosa y el trasplante de órganos. El nuevo método se puede utilizar también para estudiar el control de la producción de anticuerpos.

Sin embargo, el funcionamiento de estos anticuerpos artificiales en ensayos clínicos en humanos ha sido decepcionante hasta ahora y resulta difícil saber si el sistema in mune va a reconocerlos como ex traños. No se conoce la razón para esto, por lo que, como dice la experta Sherie L. Morrison, de la universidad de Califomia en Los Ángeles, en un comentario al descubrimiento en el mismo número de la revista, falta todavía tiempo para poder utilizar esta nueva tecnología en terapia.

Copyright Nature.

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