Éxtasis decibélico

Manowar ejerce como portavoz no oficial del heavy metal en su sentido más clásico y, sobre todo, puro. Su discurso es simple, inequívoco y unidireccional: Muerte al falso metal es el lema de cabecera y el tono mitinero incide una y otra vez en los valores supremos del estilo, que en su caso concreto incluye otra batalla más: la pugna por el cénit decibélico.Manowar lleva todo al límite. Si alguien no es capaz de soportar su volumen apocalíptico, es que no es apto para el metal y no merece ser parte de la legión seguidora. La española ha pasado a ser una de las preferidas y...

Manowar ejerce como portavoz no oficial del heavy metal en su sentido más clásico y, sobre todo, puro. Su discurso es simple, inequívoco y unidireccional: Muerte al falso metal es el lema de cabecera y el tono mitinero incide una y otra vez en los valores supremos del estilo, que en su caso concreto incluye otra batalla más: la pugna por el cénit decibélico.Manowar lleva todo al límite. Si alguien no es capaz de soportar su volumen apocalíptico, es que no es apto para el metal y no merece ser parte de la legión seguidora. La española ha pasado a ser una de las preferidas y no fue sorpresa que la sala se llenase hasta los topes. En directo, estos acérrimos protectores de lo metálico procuran epatar en todos los sentidos a través de una auténtica epopeya escénica. El componente teatral también forma parte del espectáculo mediante constantes alocuciones, basadas en sus obsesiones de siempre, y en poses bien estudiadas. No hay término medio: el espectador entenderá que este aluvión es sublime o ridículo, a elección de cada cual.