Cartas al director

Avería y aseo

Por enésima vez, segunda en esta semana, una avería en la red de distribución de agua (a veces potable) del Canal de Isabel II me priva de mi cotidiano deseo de asearme debidamente.A quienes tenemos la desgracia de residir en la avenida del General Fanjul parece habernos sido negado el derecho a lavarnos sin sobresaltos, sin recibir de manera regular ingentes dosis de arena mezclada con el agua, o percibir de cuando en cuando olores nauseabundos en el líquido elemento. Según el Canal, en ningún momento el agua ha dejado de ser potable.

Las averías siguen produciéndose. Las tuberías salt...

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Por enésima vez, segunda en esta semana, una avería en la red de distribución de agua (a veces potable) del Canal de Isabel II me priva de mi cotidiano deseo de asearme debidamente.A quienes tenemos la desgracia de residir en la avenida del General Fanjul parece habernos sido negado el derecho a lavarnos sin sobresaltos, sin recibir de manera regular ingentes dosis de arena mezclada con el agua, o percibir de cuando en cuando olores nauseabundos en el líquido elemento. Según el Canal, en ningún momento el agua ha dejado de ser potable.

Las averías siguen produciéndose. Las tuberías saltan cada dos por tres, y los vecinos nos vemos sumidos en el funesto trance de tener que afeitarnos con gaseosa.

¿No estarán construidos a base de azúcar los tubos que conducen el agua, de tal manera que diluyéndose paulatinamente se acaben por agrietar y romper?

¿Acaso durante la noche manadas de elefantes incontrolados pisotean el firme produciendo la rotura de tubos?

¿Será el innegable afán de nuestro pueblo de abrir zanjas y cavar trincheras ante una eventual invasión del suelo patrio por las huestes andorranas quien produzca tales desaguisados?

O, quizá, el fondo de la cuestión sea la utilización de malos materiales en las reparaciones y un cálculo equivocado de su resistencia por parte de los señores técnicos del Canal, siguiendo el dorado camino de la ya conocida chapuza nacional.

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Rogaría que alguien me aclarara tan tremebundo misterio.

Entretanto, pienso seguir investigando por mi cuenta, porque estoy seguro de que seguiré teniendo oportunidades para ello.-

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