El arte grande del pianista Zacharias

El máximo atractivo del concierto ofrecido por la Northern Sinfonía, dirigida por el violonchelista Heinrich Schiff (Gmunden, 1952), era la actuación del formidable pianista Christian Zacharias en el Concierto en sol mayor, número 4. de Beethoven. Su versión resultó perfecta y aleccionadora, tanto por la maravillosa ejecución, como por la belleza de estilo y de sonido. Zacharias y sus colaboradores entendieron la obra como un alto ejemplo de clasicismo vienés en el momento en que su último representante inicia el giro hacia el romanticismo y contribuye a acentuar este concepto la misma ...

El máximo atractivo del concierto ofrecido por la Northern Sinfonía, dirigida por el violonchelista Heinrich Schiff (Gmunden, 1952), era la actuación del formidable pianista Christian Zacharias en el Concierto en sol mayor, número 4. de Beethoven. Su versión resultó perfecta y aleccionadora, tanto por la maravillosa ejecución, como por la belleza de estilo y de sonido. Zacharias y sus colaboradores entendieron la obra como un alto ejemplo de clasicismo vienés en el momento en que su último representante inicia el giro hacia el romanticismo y contribuye a acentuar este concepto la misma formación del grupo inglés sobre la base de seis primeros violines. El final, todo nos llegó transparante y sin esa hinchazón, quizá producto de la literatura, que suele ser añadido a la obra beethoveniana.Antes, Schiff nos dio a conocer una página del británico John A. Casken (Barrisley, 1949), compositor asociado de la Northern Sinfonía. Se trata de un cuarto de hora de música ni moderna, ni antigua, sino todo lo contrario, que no nos dice prácticamente nada. Haydn dice siempre mucho en su Sinfonía número 38, Praga, que cerró el nuevo programa de Ibermúsica. De él quedará en nuestro recuerdo el arte puro y grande de Zacharias.